1er Congreso de la blogosfera sanitaria

Lo de escribir posts en el tren de vuelta empieza a ser una costumbre.
Hoy vuelvo del #1CBS, donde lo principal ha sido poner cara y voz a muchas de las personas con las que trato por internet.

Como congreso, las conclusiones del último curso son igual de válidas para éste: hay cosas que ya sabes, cosas que no merece la pena aprender y un pequeño porcentaje de elementos que son muy interesantes.

Al ser el primero, esperaba que fuera una toma de contacto, una colección de cartas de presentación en las que era más importante conocernos que hacer análisis de lo que se ha hecho o lo que se va a cambiar en el futuro en los blogs de Medicina.
Y así ha sido. Como tal, ha estado muy bien y me alegro de haber venido. Pero espero cambios sustanciales para el del año que viene…

La mayoría de las comunicaciones presentadas fueron un “éste es mi blog y así lo hago yo”. Afortunadamente no eran pósters…
Francisco Lupiáñez fue bastante crítico con el concepto “congreso como colección de anécdotas” y pedía más análisis de datos objetivos para poder detectar fallos y proponer mejoras. No comparto del todo su visión de economista, pero sí la necesidad de manejar datos más objetivos.
Jan Badosa nos tira de las orejas por el hablo yo y quien quiera que me escuche típico del artículo en un blog, porque en una red que promueve la inmediatez de la información de respuesta, no estamos teniendo presencia. Estamos dejando el hueco de la respuesta especializada, el de contestar activamente al paciente que pregunta.
Más que objetivos a alcanzar en plazo concreto, son unas cuántas señales de atención. Estamos haciendo el blog de hace cinco años cuando los de otros temas (política, tecnología, música…) ya se han reinventado y han cambiado la manera de llegar al público. Como ejemplo, la escasa presencia de los blogs médicos más conocidos por nosotros entre los ganadores en la pasada edición de los premios Bitácoras.

Vuelvo a casa contento por conocer a nuevas personas interesantes como Alfonso Díez o Javier Marín, por poder saludar a gente como José María Romero (apasionado de las matemáticas) y reencontrarme con Enrique Gavilán, que mientras los dos estábamos en Córdoba (y nos veíamos cada semana) teníamos blog sin saber el uno de la existencia digital del otro.
Y vuelvo también convencido de que queda mucho por hacer, de que la divulgación es más que criticar lo que no funciona, y que se puede ayudar a la gente de otras maneras que esperar que caigan en nuestra página saltando a través de los buscadores.

Tengo un año, antes de volver a hacer balance.