Nos tomamos unas vacaciones. 3 meses visitando a la familia y amigos en distintos países. Y desaparecí.
Ya estoy de vuelta, en uno de los países más exóticos del mundo en el evento más festivo del mundo: el Mundial de Fútbol de Brasil.
No les voy a mentir, no fue barato ni fácil llegar acá; pero no nos queríamos perder este pedazo de evento, así que decidimos dar una parte de nuestros ahorros y comprarnos una gran gran experiencia, (al final para eso sirve el dinero ¿no?)
Sobre lo que quiero hablar hoy es sobre la polémica que encierra este Mundial.
¿Que si se (mal) gastaron miles de millones de euros en este evento cuando hay más importantes prioridades?
Si
¿Que si todos son una bola de corruptos que roban a manos llenas y el pueblo sufre?
Si
¿Que si a muchos nos van a dar mucho circo y aprovechar por detrás pasar reformas gubernamentales que nos van a quitar la libertad o el pan?
Si
¿Que la gente tiene derecho a manifestarse y exigir su derechos?
¡Pero por supuestísimo que si!
Pero esto pasa no sólo en Brasil o en México si no en Venezuela, Perú, Argentina, Bolivia y….
Esto desgraciadamente pasa siempre, más de lo que debería.
Y no tiene nada que ver con fútbol.
Se trata de los pueblos y sus gobiernos, y de la relación retorcida y podrida que tenemos desde hace años.
Pero no con fútbol.
Y eso que la FIFA huele bastante a podridinho (podrido en portugués, que ya voy aprendiendo mis palabritas), y eso que la Federación Mexicana es mas turbia que el canal de Chalco.
Pero tampoco tiene que ver con fútbol.
Y eso que muchos jugadores ya viven en el mundo de mega estrellas, de magnates de caprichos, imagen, dinero y berrinches donde sólo se sonríe al que mejor pague.
Pero eso tampoco tiene que ver con fútbol.
El fútbol es sólo un deporte. Y este Mundial, esto señores, es una fiesta, la más grande del mundo.
Una fiesta donde por unas semanas el mundo entero (menos los gringos que esos no se enteran de nada), está unido en un sólo evento.
Hoy, en nuestro primer día en Rio de Janeiro fuimos a caminar por la playa de Copacabana, y me encontré con un grupo de croatas compitiendo a cánticos nacionales con otro de chilenos mientras unos músicos improvisados tocaban samba.
Trataban de aprender el cántico del otro, y reían a carcajadas cuando no lo lograban, al final terminaron por unirse en baile abrazo y saltos.
Aquí cuando se armó la bailada:
O ese grupo de colombianos que cantaba a pulmón batiente varias canciones rancheras, mientras sus nuevos amigos mexicanos no cabían del asombro que se supieran todiiitas las letras.
Terminaban cada vez gritando ¡Colombia y México unidos!
… y esto sólo es el primer día.
La energía que se palpa a 3 días de comenzar ya es explosiva. Esto es pura dicha.
Esto es en un mundo plagado de colores y banderas que en un sentido mínimamente nacionalista se usan pa decir “yo soy de aquí y ¿tu?”.
Se usan para apoyar a tu país, a tu gente, a la fiesta, pa gritar, cantar, reir, gozar y llorar por tu país.
…por ese mismo país gobernado por una bola de corruptos que tanto te abusan.
Para conocer gente de todo el mundo, para hablar, para derrumbar prejuicios, para conocernos, para enteder que aunque tu camiseta es roja y la mía verde; somos la misma gente y por 6 semanas hablamos el mismo idioma.
Que tu y yo tenemos la misma alegría: ver al equipo ganar.
Y que finalmente tendremos la misma desdicha: volver a aquella realidad que con o sin fútbol nos espera, y de la cual es y será muy muy difícil escapar.
Esta es una fiesta, pero no de aquellos que roban, mal gastan, se aprovechan o abusan.
Esta es la alegría de la gente: la verdadera gente, sin religión o dineros, sin color de piel pero si de bandera.
Donde por unos días, esto se trata de olvidar por un ratito la amargura y vivir a tope la alegría.
Y todo esto, cual efecto mariposa, lo logran 11 tipos corriendo detrás de una pelota, en la más pura escencia básica animal.
Ojalá los agentes de cambio logren algo, aquellos que salen pelean, gritan y protestan, ojalá griten más fuerte. Pero para todo el resto que nomás se queja por quejar, para esos “rebeldes de sillón”; aquellos amargos que se amarguen, ¡qué bueno que se quedaron en casa!
Porque esto es una fiesta, y yo voy a vivirla. Honestamente no hay lugar en el mundo donde hoy preferiría estar.
El artículo 1er día en el Mundial: Una fiesta que da mucho pa pensar apareció en Sin Destino Fijo.