La primera boda es la de Paula y Andrés, celebrada en el barrio de Gracia de Barcelona. Una boda civil, en la que ella misma se maquilla y se peina, con su estilo, como va siempre, sin disfrazarse, con un vestido color maquillaje, sin necesidad de que sea blanco, y ayudada por sus amigas y en presencia de su futuro marido, sin supersticiones absurdas. Una sesión de fotos en su barrio de toda la vida, en su día a día, dejando de lado jardines, flores y demás convenciones, y todo, absolutamente todo, con su toque personal.







La segunda boda es la de Elena y Raúl, de un estilo freak-vintage y que ellos mismos titularon como la Antigüeding, por lo que es de esperar que nada sea lo convencional, ni la invitación, ni la vestimenta de los novios, ni el convite... La ceremonia y la cena fue en Mercantic, un marco encantador que da mucho juego.
¿Os gusta este tipo de bodas? ¿Preferirías casaros así o de una manera más tradicional?
