Es sabido que implementar un ERP implica un esfuerzo de tiempo y dinero, y que el éxito no está garantizado, aún cuando existen ocasiones donde la decisión de cambiar o implantar un sistema ERP fue formalizada, y el cambio parecería ser "aceptado" por toda la empresa. Hoy presentamos los dos principales desafíos que debemos conocer a la hora de evaluar si un ERP es una alternativa para nuestra empresa.
Como mencionamos anteriormente un ERP es un software de gestión integral que que integra todas las facetas del negocio, incluyendo planificación, manufactura, ventas y finanzas. La ventaja de estas soluciones es que la información sólo se introduce una vez y, con ello, ya está disponible para todos los que deben tratarla de una u otra forma. El concepto relevante acá es que un ERP tiene impacto sobre todas o casi todas las áreas de la empresa.
Un ERP tiene impacto en toda la empresa
El primer desafío que debemos comprender a la hora de implementar un ERP es que no se trata de un proyecto del área de Sistemas o de Administración y Finanzas, es de toda la empresa en su conjunto.Para ello es necesario seguir algunas recomendaciones que pretenden disminuir los riesgos como ser: que las personas claves de cada sector participen y se involucren; crear una visión "general y compartida" del proyecto, de sus beneficios, pero también de sus costos organizacionales (esfuerzos adicionales serán una constante en este tipo de iniciativas).
Teniendo en cuenta que un ERP impacta en todos los sectores de la empresa, todos deben tener voz y voto a la hora de lanzar el proyecto de implementación, estar al tanto de los avances y como este proyecto va a impactar en sus actividades diarias.
Un ERP implica cambios y mejoras en los procesos
La implementación de cualquier software y de un ERP en particular implica la mejora de procesos, simplificación de actividades, incremento en la productividad que traen aparejados cambios en los procesos. Hay que cambiar, cambiar para mejorar, para ser más productivos, para poder competir. Y como bien sabemos todo cambio implica resistencias, aceptar restricciones (de la propia empresa y del software), tomar decisiones, etc. Es decir, debemos estar seguros de que deseamos mejorar y cambiar la gestión de nuestra empresa antes de embarcarnos en la implementación de un ERP en nuestra empresa.
Si bien la implementación de un ERP tiene muchos beneficios comprender y conocer de antemano los dos principales desafíos con los cuales nos encontraremos; nos permite poner el foco en entender la relación de nuestra empresa con la tecnología, con los cambios. Y trabajar para que la implementación de un ERP genere mejoras en la gestión y no angustias, resistencias y insatisfacción en el equipo que deberá trabajar con el software.
Debido a lo anterior podemos concluir que la implementación de un ERP requiere de una metodología ordenada y sistemática que disminuya los riesgos del proyecto y garantice la obtención de los objetivos.