Este mes de Enero se cumple el vigésimo Aniversario de la muerte de dos mitos de Hollywood: Ava Gardner y Barbara Stanwyck.
Ava Gardner (1922-1990), una leyenda del cine surgida de una familia humilde, actriz que detestó el Hollywood de las estrellas al que ella misma perteneció y convertida en el “animal más bello del mundo” por la MGM, se vino para España, donde se reencontró con el placer a la vida pese a que el Régimen no veía con muy buenos ojos sus maneras de mujer independiente, echada para adelante y sexualmente libre.
Acabó huyendo de España por la presión que sobre ella ejerció Hacienda y se refugió en Londres, donde se apagó su volcán el 25 de enero de 1990, a causa de una pulmonía, y con la única compañía de su asistenta, Carmen Vargas y de su perro Morgan. Una soledad buscada por la actriz que contrastaba duramente con su vida, siempre rodeada de aduladores.
Queda su mito, más grande incluso que sus películas (Mogambo, La Condesa Descalza, Pandora y el holandés errante, 55 Días en Pekín, etc).
El que quiera verla transformada en Pandora puede subir al castillo de Tossa del Mar y fotografiarse con su escultura, bronce sinuoso de Ció Abellí.
Otra de las grandes de Hollywood, Barbara Stanwyck (1907-1990), falleció el 20 de Enero, a causa de un ataque de corazón con otras complicaciones, en Santa Mónica; actriz que se movió tanto en el cine como en la TV interpretando papeles de mujeres que ponen todas sus cartas sobre la mesa -como su Victoria Barkley de Valle de pasiones (The Big Valley), con una femineidad agresiva o, directamente, fatal, como aquella señora que en Double Indemnity baja una escalera luciendo solo una tobillera.
Sin embargo una vez conquistadas, sus barreras emocionales desbordan destilando una mirada cargada de un encantador lirismo.
La belleza de un rostro imperfecto la alejó de los roles convencionales: Carita de ángel (Baby Face), previa al código de censura, en la que Stanwyck fascina como una amoral escaladora social que utiliza el sexo como arma, en una obra cargada de franca sexualidad como no se volverá a ver por décadas en Hollywood, y la posterior Al filo de la noche (Sorry, Wrong Number), en la que compone a una mujer neurótica que logra oír por teléfono a su marido tramando su muerte. Esta interpretación le valió una nominación al Oscar.
Por esto y con motivo de los dos aniversarios, el canal TCM homenajea a cada una de ellas en el día en que se hicieron inmortales con sendos tributos y algunas de aquellas películas donde se demuestra que las divas son eternas.