La gira '20 años sin noticias' de Melendi llega a su fin y el primero de sus cuatro conciertos en diciembre en Madrid, WiZink Center (Palacio de Deportes), lunes 2, ya es historia... tal cual, historia en minúscula(s), sin exagerar. Aunque la celebración en directo del 20º aniversario de Sin noticias de Holanda —su debut discográfico— podría haber dado algo más de sí, aquello fue una fiesta de principio a fin. Todo vendido prácticamente y un público que las cantó todas, las holandesas y las demás; repito, sin exagerar.
21:00 horas y una intro al más puro estilo James Bond dio paso a El parto, primera del repertorio y primera sorpresa para algunos —de su quito álbum Volvamos a empezar—. En cualquier caso, en el graderío la gente no necesitó más para ponerse en pie, cantar y grabar. "Buenas noches, Madrid (...) esta gira ha sido toda una sorpresa, espero que desde arriba nos dejen 20 años más" y, sin enrollarse más de la cuenta, el artista asturiano presentó la canción "con la que empezó todo" allá por 2003: Con la luna llena. Por supuesto, primer momentazo de la noche.
Fotografía: Riff Music | Wilma Lorenzo
Fotografía: Riff Music | Wilma Lorenzo
Después de volver a sorprendernos al son de Novia a la fuga —seguramente una de esas canciones que llevarían sin sonar en directo años y años— y de confesar Melendi que ahora que tiene una hija veinteañera entiende mejor la letra de Curiosa la cara de tu padre, otro momentazo: Caminando por la vida. De pe a pa, sus incondicionales no perdonaron ni los versos de "el 'Milindri' a mí me llaman en el mundillo calé, porque al coger mi guitarra se me van solos los pies". Lejos de relajarse un poco el personal, las dos siguientes también fueron muy ovacionadas y coreadas, Un violinista en tu tejado y Barbie de extrarradio. No era la primera vez que recordábamos su segundo disco Que el cielo espere sentao, pero precisamente no creo que mucha gente esperara o esperase escuchar Billy el pistolero y, además, interpretada con la misma energía y sonido rockero de 2005. Por si acaso, no faltaron más llamaradas y carteles de "se busca" al más puro estilo 'western' en las pantallas gigantes del escenario. Aquel fue el momento elegido para presentar a la banda, con nombres tan importantes para el artista ovetense como "la segunda de a bordo" Neus Ferri (coros y guitarra acústica), Loli Abadía (coros) y José Losada (guitarra), que confiaron en él "al principio cuando no tenía recursos" y Jose de Castro 'Jopi', productor y guitarrista sobre el escenario. "Yo quiero ser guerrero como lo sois vosotros, dejándome los huevos en cada canción, cantando como locos" y, al filo de las 22:00 horas, el protagonismo durante Cenizas en la eternidad fue para el público madrileño, cuyos primeros planos aparecieron en todo momento en las tres pantallas gigantes sobre el escenario. Bonito homenaje con Melendi cantando mientras contemplaba las imágenes como uno más. "Hemos cogido confianza, les voy a hacer una promesa", y con La promesa el Palacio volvió a cantar al unísono —por enésima vez en 60 minutos—. Primer parón del concierto y otro momento destacado, Destino o casualidad, con el cantante agradeciendo con un gesto sincero primero y después con el micro también.Fotografía: Riff Music | Wilma Lorenzo
Comencé estas líneas adelantando que la celebración en directo de este 20º aniversario de Sin noticias de Holanda podría haber dado algo más de sí. Me refería a que algunas de esas canciones fueron acortadas en un popurrí que incluyó títulos como Un recuerdo que olvidar, Sé lo que hicisteis, Mi rumbita pa' tus pies y Hablando en plata. Por desgracia no sonaron completas y tampoco contaron con ninguna de las colaboraciones del álbum 20 años sin noticias, no; ni Taburete, Natos & Waor, Pole o Hens, así se quedó el temario. En cualquier caso, verdadero subidón a base de nostalgia de la buena.
Así fue cómo, alrededor de las 22:30 horas y después de repasar cierto debut, el concierto encaró su recta final con más éxitos de Melendi como Cheque al portamor —brillante piano y solo de guitarra muy 'power ballad'— y Tu jardín con enanitos, pero también con sorpresas como Loco o unos versos de So Payaso que precedieron Arriba Extremoduro y provocaron los botes de la multitud en la pista: "sigo escuchando música, pero escucho los grupos de mi época, de cuando era joven, y hay uno que siempre termino escuchando". Y si estos últimos 20 años han pasado rápido, el concierto voló. De manera que, de repente, el confeti flotaba en el ambiente y Melendi se despedía con Canción de amor caducada. Su gente acabó encantada y tranquila, precisamente porque de la fecha de caducidad del repertorio del asturiano —o del propio asturiano— tampoco hay noticias...
Texto: Alberto C. Molina
Fotografías: Riff Music | Wilma Lorenzo y Alberto C. Molina
Fotografía: Riff Music | Wilma Lorenzo