El grupo acaba de lanzar un nuevo disco llamado In Crecendo que vuelve a recuperarla, esta vez, con el toque de ensueño de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Al mismo tiempo ha surgido un proyecto de micromecenazgo muy interesante sobre algo a lo que hace referencia directa la canción de Celtas Cortos.
La famosa carta de Celtas Cortos nunca fue tal. Fue una canción en forma epistolar.
El tema comienza con el encabezamiento de una, ya mítica, carta que nunca existió: “20 de abril del 90. Hola, chata, ¿cómo estás?” y continúa recordando los tiempos en los que el grupo de jóvenes amigos se reunía para echar unas risas en la cabaña del Turmo. Muchos de nosotros no acabábamos de entender si aquel incipiente turismo rural se desarrollaba en la cabaña del Turmo, del turbo, del turco o de turno (porque fuera una excursión repetida en muchas ocasiones), pero sí, oímos bien, la carta se refería a la cabaña del Turmo, en realidad llamada Tormo, (situada en el Valle de Estós, que forma parte del Parque Natural de Posets-Maladeta, en Huesca) y que, actualmente, no se encuentra en buenas condiciones. Si bien el Valle de Estós es un lugar ideal para hacer escalada o esquí, la cabaña siempre ha sido utilizada para hacer noche o como alojamiento y refugio de los pastores y vaqueros de la zona. Ahora existe un proyecto de rehabilitación, con el que colabora el Gobierno de Aragón, pero que necesita del micromecenazgo para llegar a buen término. Según he leído, si donas más de 100 euros obtienes una noche de alojamiento para cuatro personas en la cabaña del Turmo. Existen webs que proporcionan más noticias al respecto y recogen los donativos que quieran hacerse. Os remito a buscar algunas de ellas si estáis interesados en este tema.
La verdadera cabaña del Tormo en el Valle de Estós.
Yo ya me estoy imaginando la escena. La cabaña en la alta montaña, a lo lejos árboles de distintas especies (pinos, abetos, hayas, álamos, abedules, sauces y avellanos) y arriba la nieve. Un pastor pasa cerca con su rebaño, el sonido de los cencerros te hace abrir la puerta de madera y sientes el aire fresco del monte en la cara.-Buenos días- te saluda el pastor, que aunque no te conozca de nada, está acostumbrado a dar los buenos días a todo aquel con el que se cruza; viejas y amables costumbres de pueblo.-Buenos días- respondes intentado que tu voz se escuche por encima de los cencerros y los balidos de las ovejas – Debe haber buenos pastos en esta zona ¿verdad?-Los mejores- contesta sonriendo, en su mirada notas que sabe perfectamente que desconoces todo lo relacionado con los animales y se pregunta si será la primera vez que ves una oveja -¿Qué? ¿Pasando unos días en la cabaña del Tormo?-Sí. Estoy orgulloso de haber colaborado en su rehabilitación con un donativo.-¡Muchas gracias! ¡Si viera usted como estaba antes! Sin luz, sin agua y el tejado se nos venía encima. Pero ahora está estupenda. Han hecho un buen trabajo.-Sí, la conocí por la canción ¿sabe?, la de Celtas Cortos, la de “20 de abril del 90; hola, chata ¿cómo estás?”- te arrancas a cantar.-¡Ya, ya!- se ríe el pastor.
20 de abril (Celtas Cortos)
20 de abril del 90.
Hola, chata, ¿cómo estás?
¿Te sorprende que te escriba?
Tanto tiempo es normal.
Pues es que estaba aquí solo,
me había puesto a recordar,
me entró la melancolía
y te tenía que hablar.
¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo,
las risas que nos hacíamos antes todos juntos?
Hoy no queda casi nadie de los de antes,
y los que hay
han cambiado, han cambiado, sí.
Pero bueno, ¿tú qué tal? Di.
Lo mismo hasta tienes crios.
¿Qué tal te va con el tío ese?
Espero sea divertido.
Yo, la verdad, como siempre,
sigo currando en lo mismo.
La música no me cansa,
pero me encuentro vacío.
¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo,
las risas que nos hacíamos antes todos juntos?
Hoy no queda casi nadie de los de antes,
y los que hay
han cambiado, han cambiado, sí.
Bueno, pues ya me despido,
si te mola me contestas.
Espero que mis palabras
desordenen tu conciencia.
Pues nada, chica, lo dicho,
hasta pronto si nos vemos.
Yo sigo con mis canciones
y tú sigues con tus sueños.
¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo,
las risas que nos hacíamos antes todos juntos?
Hoy no queda casi nadie de los de antes,
y los que hay
han cambiado, han cambiado, sí.
Vista del Valle de Estós (Huesca). Autor: ACF