
"La sequía había durado ya diez millones de años y el reinado de los terribles saurios tiempo ha que había terminado. Aquí en el ecuador, en el continente que había de ser conocido un día como África, la batalla por la existencia había alcanzado un nuevo clímax de ferocidad, no avistándose aún al victorioso. En este terreno baldío y disecado sólo podía medrar, o aún esperar sobrevivir, lo pequeño, lo raudo o lo feroz."
Muchas veces he hablado de la compleja relación entre cine y literatura. La relación entre ambos es más que notable y siempre se discute sobre si la versión cinematográfica está o no a la altura de la novela. Una vez le pregunté a un autor que me comentó que lo difícil para el director era imaginar el mundo exactamente igual que lo había imaginado el creador, en cada detalle, pero que por lo demás no le veía problema para ser, mínimo, igual que la obra escrita. Hoy traigo a mi estantería virtual una obra concebida en sentido contrario que ha pasado a la historia del cine y también de la literatura de ciencia ficción. Hoy traigo, 2.001. Una odisea espacial.
¿Y si la influencia extraterrestre es la que provoca el salto en la inteligencia del mono determinando su evolución? Es una gran pregunta para comenzar una historia y así lo hace la nuestra. Después vivimos un salto en el tiempo en el que el hombre investiga la luna y, finalmente, entramos en la historia de Poole y Bowman, dos doctores que viajan a bordo del Discovery hacia Saturno junto con tres tripulantes dormidos y un sexto acompañante: la computadora que hace que todo esté en orden, HAL9000. Aunque siempre puede haber fallos en un ordenador...
Esta vez, la concepción de la historia es un poco diferente a la habitual. Kubrick se puso en contacto con Clarke que colaboraría con él en el guión de 2001: Una odisea en el espacio. A partir de varios cuentos del autor y apoyada principalmente en "El centinela", de 1949. La versión cinematográfica se estrenaría en el año 1.968 y aproximadamente un año más tarde vería la luz la novela que creció de forma paralela a la película. Hoy podría decirse que es un clásico moderno, ya que se ha convertido rápidamente en una novela de culto imprescindible para los amantes del género y primera de una saga de novelas en las que según el propio autor, más que darnos secuelas lineales puras, lo que hace es mostrarnos variaciones sobre el mismo tema, afirmando incluso que cada una "tiene su propio universo". Serían 2010, 2061 y 3001.
Lo realmente difícil en un libro de esta género es no quedar obsoleto, es decir, que nos presenten una serie de avances en un momento determinado y que al leerlos cuando ya no son invenciones de un autor porque podemos encontrar ejemplos reales similares, no tengamos la sensación de estar leyendo algo desfasado. Y en esta obra, el autor consigue que nos quedemos inmersos en la historia sin pararnos a pensar en que, realmente, no ha quedado tan atrás como debería para el tiempo que ha pasado. En este caso, Clarke ha utilizado uno de los grandes enigmas para el hombre y es el momento justo de la creación, cuando la inteligencia despierta, y desarrolla una teoría que nos atrae ya en los primeros minutos del libro. Ese paso en un instante que tiene algo de elegidos para evolucionar que tanto nos atrae desde siempre en la literatura y el cine.
Una vez que nos tiene enganchados nos enfrenta a nuestras propias creaciones, el enfrentamiento ya clásico en la ciencia ficción entre el hombre, la razón, la capacidad de sentir y discernir, y la máquina, HAL, un ser sin conciencia que parece que la intenta alcanzar y no puede con ella. Es además una historia rápida y entretenida que engancha tanto a amantes del género como a aquellos que no suelen verse atraídos por este tipo de historias, ya que entre enigmas y luchas las páginas se nos pasan volando. Como todo buen libro de ciencia ficción empieza calentando motores, con calma, para sumergirnos en unas interesantes historias que nos tienen muy pendientes hasta llegar a un final redondo y sorprendente. Y, por supuesto, que nos da mucho sobre lo que hablar y especular.
Como curiosidad comentar que, si bien se ha dicho muchas veces que IBM estuvo vinculado al proceso de creación de la historia y, de ahí que HAL sean las letras inmediatamente anteriores a las suyas en el abecedario. Todas las personas que participaron en el proyecto lo han negado tajantemente, explicando que HAL es el acrónimo de Heuristic Algorithmic Computer; es decir, un ordenador capaz de resolver problemas (algoritmos) basados en la heurística.
Hasta aquí y muchísimo más da para hablar el título que traigo hoy, imprescindible tanto en su visión cinematográfica como en la escrita. Por su aportación al mundo de la ficción, y, sobre todo, por el magnifico rato de entretenimiento que disfrutamos sumergidos en la historia de un ordenador, un mono y un monolito. ¿O hay alguien que aún no conozca la famosa escena?, porque la historia... si que la conocéis, ¿verdad?
Gracias
