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2014: LECCIONES DE LA VIDA (y IV)
Escrito por Miguel Benavent de B. Sin comentariosContinuación…
Bienvenida confianza
Otro aprendizaje en estos últimos años y especialmente en este 2014 que acaba, es la llegada paulatina de la confianza a mi vida. Hasta entonces me consideraba un títere de lo que acaecía en mi vida, sin tener nada que hacer al respecto, aunque pudiera ir surfeando los acontecimientos con resignación, dignidad y voluntad, para adaptarme a ellos. Pero, después de demasiados años intentando resistirme a lo obvio y que yo creía inevitable, ahora me doy cuenta de que puedo hacer por cambiar las cosas a mejor, aunque después deba dejar que las cosas sucedan por sí mismas, según la vida decida qué es lo mejor, esa es la regla de oro para aprender a confiar en uno mismo y en la vida.
Creo que es la gran lección de la vida, aunque nos cueste aprenderla y, mucho más, actuar en consecuencia. Así desaparece esa sensación de que hay que luchar por cosas como el amor, la paz y la felicidad, que llegan por sí mismas, cuando y como han de llegar, cuando estás preparado, si te lo permites, claro! Creo que esa es la receta mágica para eliminar la ansiedad, el miedo y el estrés en nuestra vida, en un mundo loco como el que habitamos.
Aquí y ahora
Sin duda, una de las lecciones que me está trayendo este momento de mi vida es aprender a vivir el aquí y ahora. Estoy perdiendo el mal hábito de vivir el ayer y sus consecuencias, así como dejar de vivir el momento actual esperando llegue otro mejor en el futuro, casi siempre improbable. Mientras vives en un tiempo distinto al aquí y ahora, estás dejando de vivir lo que sientes y sin prestar atención a lo nuevo que llega. Si te lo propones, día a día aprendes a abandonar la nostalgia y sus emociones asociadas y a especular sobre expectativas que aún están por llegar, si es que llegan. Cuando no esperas nada, lo consigues todo, pues el hoy lo vives como un regalo inesperado.
Vivir el hoy te permite sentir y vivir intensamente lo que sientes y vives a cada instante. Y, con toda seguridad, ahí está la siempre posible felicidad! Si cada instante que vives lo haces con plena atención e intensidad, genera momentos únicos e irrepetibles que pemanecen en tu corazón, tal vez para siempre. No hay persona, momento o lugar que pase desapercibido o sea irrelevante, todos conforman tu vida tal como es, ahora. Eso te permite sentirte jóven, sea cual sea tu edad, porque la juventud depende de la capacidad de sorpresa, de esperanza y de ilusión ante cada cosa que vives. Cuando, en cambio, todo te parece indiferente, repetitivo o redundante, es que has perdido la ilusión ante la vida, o sea que has empezado a morir, en vida.
El miedo, alejándose
¿Cuántas cosas hubiera logrado, si no hubiera sentido miedo? El miedo nos obstaculiza y paraliza. Suele aparecer ante lo nuevo, desconocido o inesperado en nuestra vida. Y por ello, contradice lo que la vida es, siempre algo cambiante, nuevo e imprevisible. Temerlo es dejar de vivir. Esa es una de las lecciones más importantes de este año. Si pretendes mejorar tu vida, debes dejar de hacer lo mismo de siempre y explorar nuevas cosas. En ellas está el cambio, el amor y la felicidad, siempre posibles. Pero para lograrlo, debes aceptar y vivir cosas que desconoces y que rompen tu estado de confortabilidad y comodidad. Eso intento hacer en cada nueva decisión que tomo hoy en mi vida.
Estoy aprendiendo a confiar. Y este pasado año ha sido un laboratorio para ensayar nuevos caminos en mi vida, aunque debo admitir que, en un principio, muchos de ellos me produjeron miedo, pues es algo humano sentirlo. Pero aprendí a mirar el miedo de cara y a darme cuenta de que normalmente es una ilusión infundada. Al mirarlo fijamente desaparece, en cambio si lo evitas o lo ignoras, se queda dentro y vuelve a surgir a la menor oportunidad. Durante muchos años fui una víctima propiciatoria del miedo, consciente o inconscientemente. Hoy, día a día y especialmente durante este pasado año que ahora se acaba, el miedo apenas hace mella en lo que pienso, siento o hago en mi día a día y cada día más dejo paso al amor en mi vida.
Compartir
Una de las indudables estrellas de este año 2014 ha sido aprender a compartir. Hoy comparto lo pongo o mucho que poseo: mi experiencia, mi discreta sabiduría y mi amor por la vida. Lo comparto con personas a las que quiero y con personas poco más que anónimas que se cruzan en mi vida. Creo que nadie aparece porque sí, sin alguna razón oculta para el encuentro. Todos somos espejos de todos y actuamos como tal, sin darle importancia. Pero unos aprendemos de otros, en cada situación. Si, además, compartes todo lo que eres, sientes y vives, cualquier relación por efímera o temporal que sea se convierte en un encuentro profundo, mágico y siempre singular.
El “ganar-ganar” de los negocios es igualmente válido en las relaciones interpersonales y en toda nuestra vida, pues al fin y al cabo, nadie posee valores o talentos que no le sirvan al otro, por igual. Alguien dijo que en esta vida todos los encuentros son por una razón, para un momento o para toda la vida… aunque lo difícil es definirlos de antemano para saber cual es cual. Por eso es mejor tratar cada encuentro como algo especial, con sentido propio e irrepetible. Te permitirá vivir o aprender algo que debías vivir o aprender… y compartirlo, con amor!
El colofón del año 2014
Un año que se acaba. Aderezado con amor verdadero, pero real y cotidiano, lo que me ha ayudado a vivir momentos mágicos, singulares e irrepetibles, pero también otros complicados y difíciles, en un momento de mi vida en que el suelo parece moverse bajo mis pies. Un año 2014 que hizo y hará historia en mi propia historia, lleno de amor verdadero hacia alguien muy especial y por mi amada hija que hoy ocupan mi corazón y por otras tantas personas singulares, momentos y lugares mágicos e irrepetibles, que me ayudaron a amar la vida y que serán un buen preámbulo del nuevo año 2015 que ya llega…