Donatella Versace ha intentado dejar atrás las últimas colecciones en las que predominaba la corsetería y la oscuridad y, porque no decirlo, con un exceso de piel que rozaba y en muchos casos sobrepasaba el límite entre lo sexy y lo chabacano.
Para esta colección Atelier Versace se ha inspirado en las flores, que es un tema muy recurrente en la costura de Valli, presentando diseños fluidos, donde los colores pastel jugaban un papel muy importante. Además había un guiño a los 70s con las cintas de flores en el pelo y las botas. Digamos que Versace presentaba a sus propias ninfas, aunque bastante distantes en elegancia de las que nos suelen mostrar en Versace.
Créditos: Vogue.