La entrada 2021-2030: La década del veganismo, escrita por Joseph de la Paz apareció por primera vez en Vitamina Vegana.
Cualquier predicción de futuro es subjetiva y debe ser tomada con cautela. Dicho esto, déjame que te cuente cómo veo el panorama vegano y el crecimiento del veganismo en el mundo en los próximos años.
En “La revolución vegana” (2015) analicé el crecimiento del movimiento vegano. Basándome en modelos de cambio de paradigma y la experiencia histórica de casos como el tabaco, estimé que el veganismo será la norma en nuestras sociedades como mucho en 50 años.
En estos últimos años el crecimiento del movimiento vegano se ha hecho aún más evidente, no sólo ya a nuestros ojos, sino para mucha gente que aún no es vegana. Por ejemplo, The Economist declaró el 2019 como el año del veganismo y miles de medios se hicieron eco de ello.
Pero, con todos mis respetos a una de las revistas con mayor reputación del mundo, creo que se han quedado cortos.
Por otra parte, como veremos más adelante, abundan los informes y las previsiones sobre el aumento del consumo de alternativas veganas a productos de origen animal. Una investigación, por ejemplo, estima que el mercado de las carnes vegetales se multiplicará por 10 durante los próximos 10 años. Muchos celebran, así pues, el inicio de la década del mercado plant based.
Pero de nuevo, creo que se están quedando cortos.
Aumento de participantes en Veganuary (The Guardian)El crecimiento del veganismo
En los próximos 10 años, no sólo van a aumentar la demanda y la oferta de alternativas veganas (demanda que, por cierto, proviene en su mayoría de personas no veganas —flexitarianas— que desean reducir su consumo de animales). Todo el movimiento vegano seguirá creciendo y lo hará a un ritmo aún mayor que hasta ahora.
Crecerá el número de personas veganas y aumentará asimismo la influencia ideológica del veganismo. Millones de nuevas veganas y veganos se unirán a nosotros, sobre todo jóvenes como hasta ahora, pero también personas mayores y familias enteras. Veremos debates sobre asuntos públicos que tendrán muy en cuenta los argumentos del movimiento vegano.
El veganismo, por fin, participará en la política y empezará a influir en la toma de decisiones económicas, sanitarias y medioambientales. Ayudará a mejorar la sociedad humana mientras avanza hacia la liberación animal.
A pesar de todo lo que hemos crecido en los últimos 15 años, el movimiento vegano todavía es muy pequeño. Somos una minoría, a veces exótica, a veces odiada, pero en general poco influyente hasta ahora.
En la próxima década, de 2021 a 2030, esto va a cambiar.
La década vegana
El veganismo no sólo va a crecer en número, sino que se va a consolidar como movimiento de liberación y justicia social que, además, tiene mucho que aportar a la humanidad. Pocos se atreverán a hablar de “moda pasajera”. Ya empieza a quedar claro que el veganismo no se va a ir a ninguna parte. Al contrario, es cada vez más relevante.
Estamos al inicio de una década de crecimiento y consolidación del veganismo. 10 años que probablemente sean recordados algún día como la década del veganismo. ¿Por qué?
Hay muchos factores que empujan en esta dirección. Sin embargo aquí me centraré en los tres principales:
- La pandemia y el mundo post-covid
- La necesidad de medidas drásticas ante la urgente crisis climática
- La tendencia al alza del sector plant based
Empecemos.
La pandemia
La pandemia ha sacudido el mundo y nuestras vidas. Algunos de sus efectos son ya visibles; otros serán descubiertos y entendidos en el futuro.
Con respecto al veganismo, la pandemia tiene dos consecuencias. La más inmediata: un aumento del interés en la comida exenta de ingredientes de origen animal. La más profunda y esperanzadora: la necesidad de minimizar el riesgo de una nueva pandemia de origen zoonótico.
Durante la pandemia, más comida basada en plantas
Con la llegada del coronavirus en 2020, mucha gente, preocupada por la fortaleza de su sistema inmunológico, se interesó por los beneficios de la alimentación basada en plantas.
La Plant Based Foods Association informó que, durante la primera ola de la pandemia, las ventas de carnes vegetales en los EEUU aumentaron un 90% con respecto al año anterior. Según la agencia de inteligencia de mercado Mintel, el 35% de los consumidores estadounidenses piensa que “la pandemia demuestra que los humanos debemos comer menos animales”.
Ken Spector, director de la popular app vegana Happy Cow reveló que durante la pandemia se abrieron más restaurantes veganos de los que cerraron. 517 nuevos establecimientos (totalmente veganos, no sólo “opciones”) por 413 cerrados, en claro contraste con el resto del sector de la restauración.
Pero esta ola de alimentación basada en plantas por motivos de salud no es el efecto más destacable de la covid. Las consecuencias más profundas de la pandemia atañen a la salud pública y a las decisiones estratégicas que los gobiernos deben tomar al respecto.
Covid, una enfermedad zoonótica
Aunque la pandemia sigue haciendo estragos en diversas regiones del mundo, en muchos países ya se ve la luz al final del túnel. Y es ahora, cuando las cifras de contagios y muertes ya no acaparan los titulares de la prensa ni las conversaciones cotidianas, que debe empezar una profunda reflexión.
Hay que decir las cosas alto y claro: covid-19 es una enfermedad zoonótica. Es decir, se originó en animales no humanos y pasó a nosotros.
Las mayores pandemias del último siglo fueron causadas por patógenos que saltaron a un humano procedente de animales de otra especie. Y la próxima pandemia, será, con gran seguridad, la misma historia: un virus, inofensivo para determinado animal, saltará a algún humano que esté en contacto con ese animal.
La explotación animal ha creado un mundo infernal para billones de seres sintientes. Pero resulta que tiene un pequeño (por ahora) efecto boomerang…
El mundo post-covid
Sabiendo todo esto, ¿acaso vamos a seguir igual que antes?
A corto plazo, tras superar la pandemia, los gobiernos invertirán todos sus recursos para reactivar la economía y “compensar” las pérdidas causadas. En este contexto, por desgracia, es posible que veamos líderes políticos visitando instalaciones ganaderas y anunciando ayudas al sector.
Pero intentar volver atrás en el tiempo, al día antes de la crisis, no tiene sentido. Continuar igual como si nada sería un grave error.
¿Tropezar de nuevo con la misma piedra de la zoonosis?Los humanos somos expertos en tropezar dos veces con la misma piedra, pero en este caso ya son varios tropiezos. Ahora la ciencia señala claramente la piedra a evitar. Una nueva pandemia de origen zoonótico no tendría perdón.
Cómo evitar la próxima pandemia
A medio y largo plazo, el mayor reto para los gobiernos y los líderes de la sociedad civil consiste en evitar la próxima pandemia. Para ello, hay que reducir al máximo la probabilidad de que surjan nuevas enfermedades zoonóticas. Y si queremos soluciones verdaderas, no parches, esto implica cuestionar y redefinir toda nuestra relación con los demás animales.
Por supuesto, gran parte de las medidas que se propongan y se apliquen entrarán en la categoría de bienestaristas. Se intentará mejorar las condiciones de los animales explotados para que no sean un caldo de cultivo de patógenos, sin detener la explotación en sí.
Sin embargo, el reconocimiento de que la ganadería moderna es una bomba de relojería se extenderá. La opinión pública, con el traumático recuerdo de la pandemia, prestará especial atención a lo que ocurre tras esos muros que no son de cristal… Y descubrirá, aparte del riesgo de una nueva zoonosis, otros asuntos muy preocupantes y desagradables: el uso de antibióticos, la miseria de las víctimas, las deplorables condiciones laborales de los trabajadores, el entorno insalubre y tóxico del que sale la carne, leche, etc.
Imagen: Tras los murosA medida que este panorama quede más claro, los estados no podrán seguir justificando su generoso apoyo económico e institucional a las industrias ganaderas.
China, un ejemplo a seguir
Veamos el caso de China, que ha sufrido varias epidemias zoonóticas en su historia reciente, y precisamente el país donde surgió el covid. El gobierno chino anunció ya en 2016 un plan para reducir su consumo de carne en un 50%. Dado que China consume actualmente el 28% de la carne en el mundo, esto significa una reducción similar a todo el consumo de EEUU.
Decisiones como ésta deberían repetirse en otros países, motivados por el temor a nuevas epidemias zoonóticas y por el compromiso a reducir las emisiones de carbono. El previsible resultado será un cambio de tendencia histórico. Por primera vez, el consumo global de carne dejará de subir y empezará a caer.
La crisis climática requiere medidas urgentes y drásticas
Más allá de las consecuencias de la pandemia, el mayor reto al que se enfrenta hoy la humanidad es, sin duda, la crisis climática.
Durante muchos años se ha hablado del cambio climático, pero muy poco se ha hecho para detenerlo. Ahora, la comunidad científica entiende que el calentamiento se ha acelerado y la ventana de oportunidades para revertirlo empieza a cerrarse.
Los próximos 10 años son clave. Si no actuamos de forma drástica, empezaremos a sufrir los devastadores efectos del calentamiento global mucho antes de lo que imaginábamos hace 10 o 15 años.
La responsabilidad del calentamiento global
El cambio climático tiene varias causas, y el consumo de productos de origen animal encabeza la lista. La ganadería y la pesca contribuyen más que ninguna otra industria, transporte incluído, al desequilibrio atmosférico que provoca el calentamiento del planeta.
La ganadería es responsable de la emisión de enormes cantidades de metano, un gas 20 veces más nocivo que el dioxido de cárbono para la atmósfera. También, a través de otras actividades relacionadas con esta industria (pienso, transportes, químicos, maquinaria, etc.) contribuye al aumento de CO2 en la atmósfera.
Además, la ganadería promueve la deforestación (para obtener nuevos terrenos que dedica al pasto de ganado o al monocultivo transgénico para alimentar a los animales). Si las emisiones de gases invernadero ya son un problema, con menos bosques… más difícil todavía.
La pesca y la acuicultura, por su parte, están aniquilando la vida de los océanos.
Para millones de animales, es una verdadera tragedia. Para el planeta, supone otro impulso al calentamiento global.
Los océanos son los verdaderos pulmones del planeta. Almacenan la mitad del CO2 de la atmósfera y liberan oxígeno gracias a la actividad del fitoplancton. Si tenemos alguna posibilidad de detener el calentamiento global, es sólo con la ayuda de los océanos. Si, tal como alerta este estudio, los océanos quedan vacíos en 2048, la lucha contra la crisis climática será realmente una misión imposible.
Acciones drásticas, ahora o nunca
Ante la urgencia de la crisis climática y la clara responsabilidad de las industrias de explotación animal, ha llegado la hora de la verdad.
Las generosas subvenciones públicas a estas industrias deben detenerse y ser remplazadas por impuestos especiales al igual que ocurre, por ejemplo, con el tabaco y el alcohol.
La explotación animal es una lacra para la humanidad, en muchos sentidos.
En la crisis climática, la ganadería y la pesca juegan en contra nuestra. Si queremos sobrevivir como especie, si queremos salvar la vida en el planeta tal como la conocemos, tendremos que actuar en consecuencia.
Quiero creer que el instinto de supervivencia que tenemos todos los animales no nos fallará. Es el momento de poner sobre la mesa la abolición de estas industrias.
Tendencia al alza del sector plant based
El mundo post-covid necesita evitar la próxima pandemia de origen zoonótico y redefinir nuestra relación con los demás animales. La crisis climática urge y las industrias responsables no pueden seguir contando con el respaldo público. Estas dos circunstancias, por sí solas, bastarían para predecir una significativa reducción de la explotación animal.
Pero vivimos en un mundo capitalista y consumista. Para que ocurra un cambio verdadero y profundo, se necesita que cambien los mercados y los hábitos de consumo. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo.
Crece el sector de alternativas veganas
El sector de alternativas basadas en plantas ha explotado en los últimos años. Heura y Beyond Meat son quizá los nombres más conocidos pero hay cientos de iniciativas empresariales para producir nuevos y más productos sin explotación animal. Por ejemplo, según CNBC, en 2019 aparecieron 327 nuevos productos con proteína de guisante, por sólo 11 en 2009.
Aún así, el sector de la “carne vegetal” representa sólo el 1% del total del mercado de la carne (en 2019). Pero las previsiones prometen. Un estudio de Barclays estima que este sector se multiplicará por 10, alcanzando el 10% en 2029.
Previsión del mercado de carnes vegetales (Barclays)Al mismo tiempo, el sector lácteo se encuentra en estado de crisis y alarma por la reducción del consumo y el auge de las leches vegetales. El enorme esfuerzo de las industrias ganaderas por evitar que las leches y carnes vegetales no puedan ser denominadas como tales en la UE sólo ilustra lo amenazadas y preocupadas que se sienten.
Pero no sólo el sector de la alimentación está apostando cada vez más por las alternativas vegetales.
En el ámbito de la moda y el calzado, siguen surgiendo nuevos emprendimientos éticos mientras las marcas establecidas diseñan nuevos productos sin explotación animal. Por ejemplo, el año pasado, tras el éxito de su primer modelo de zapatillas veganas, Adidas lanzó un segundo modelo, y cuesta creer que sea el último.
En el ámbito de la cosmética también hay un aumento exponencial de los productos veganos, tanto de marcas tradicionales como de nuevas empresas veganas.
Incluso en el sector del automóvil, son ya varias las casas que fabrican vehículos sin cuero animal en los asientos. Una de ellas es Tesla, que decidió remplazar el cuero por una alternativa vegetal para su modelo Tesla 3.
El círculo virtuoso
El activismo logra aumentar el número de veganos. Al mismo tiempo, la divulgación de mensajes veganos y proveganos anima a millones de personas a reducir su consumo de animales. Así, año tras año, la demanda de productos veganos crece.
Frente a esta demanda, la oferta también se multiplica. Nacen nuevas empresas y las grandes compañías se apresuran a lanzar nuevas líneas y productos basados en plantas. Hay miles de emprendimientos innovadores en el sector y llueven las inversiones.
Los presupuestos de marketing, las inversiones financieras y tecnológicas y la decidida apuesta por el sector sólo pueden terminar de una manera: alimentando a su vez el crecimiento de la demanda de productos veganos.
A nivel de mercado, el círculo virtuoso ya está en marcha. La demanda crece, la oferta se multiplica, la competencia aumenta y la demanda crece aún más.
No nos lamentemos por ver cómo el sistema capitalista “juega” a veganismo. Al contrario, aprovechemos su dinámica y su poderío para avanzar. Tenemos un objetivo, pensemos en las víctimas.
La década del veganismo: hacia el punto de inflexión
Hemos repasado aquí 3 factores: dos de ellos, la prevención de la próxima pandemia y la lucha contra el cambio climático, abrirán definitivamente las puertas del debate público a los argumentos del movimiento vegano. El tercero, el auge del sector de alternativas veganas, facilitará que cientos de millones de personas cambien su alimentación, parcial o totalmente.
Por supuesto, hay muchos más factores que contribuirán al crecimiento del veganismo en los próximos 10 años: la divulgación de información y estudios relacionados con la salud humana, la bioética, el apoyo de personajes famosos y sobre todo, el activismo por los animales que realizamos millones de veganistas en todo el mundo.
La suma de estos fenómenos globales unida al esfuerzo colectivo de millones de personas impulsará y acelerará el crecimiento del veganismo, a un ritmo aún mayor del que hemos visto en los últimos años.
12000 manifestantes veganos en Londres, 2019En algunos países, este empuje podría dejarnos muy cerca del punto de inflexión, o tipping point, tras el cual la veganización de la sociedad continuaría por su propio impulso y sería muy difícil de detener.
Nadie puede saber qué pasará mañana, ni qué nos depararán los próximos 10 años. Pero si observamos las necesidades y los retos de la humanidad, las tendencias de mercado y aquel intangible que Hegel llamaba “Zeitgeist”, el espíritu de la época, la dirección parece clara.
Estamos al inicio de la década del veganismo, una década de crecimiento, consolidación y normalización, la década que cambiará la historia de todos los animales que vivimos en este planeta.
Ya estamos en marcha y acelerando, camino a un mundo vegano, sin explotación y sin jaulas. Abróchense los cinturones.
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La entrada 2021-2030: La década del veganismo apareció por primera vez en Vitamina Vegana.