Revista Salud y Bienestar
Imagen perteneciente a DigitalExtremadura.com
Una vez más celebro con vosotros el DÍA INTERNACIONAL DEL SÍNDROME DE DOWN. Fíjate que coincide en día con el EL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA... y en las redes sociales veo más referencias a la POESÍA que a las personas con Síndrome de Down. ¿Nos interesan más las palabras que las personas? No sé. Como ya he indicado más veces, la sociedad necesita el aporte de cada una de las personas que la conforman, unos harán cosas grandes y otros cosas pequeñas. Todos y cada uno de esos aportes son los que dan riqueza a la vida, a la sociedad, a la existencia. Una sociedad no está completa si no recibe el aporte de todos, cada uno en su diversidad... ¿no creéis?
Os dejo el spot que Down España ha realizado para este día y que según nos cuentan...
“El regalo de Sofía” y ofrece el testimonio de los padres de una niña con síndrome de Down. En él cuentan que su hija les demuestra “que la discapacidad no está reñida en absoluto con la felicidad”, que les ha dado “una nueva escala de valores” y les ha hecho descubrir “el fondo de las personas” que tienen a su alrededor.Con esta campaña DOWN ESPAÑA quiere hacer un reconocimiento a las personas con síndrome de Down y a lo que éstas aportan a la familia, al entorno y a la sociedad en general. Valores como la constancia, la empatía, el afán de superación, el entusiasmo por las pequeñas cosas, la generosidad, la naturalidad, la importancia de vivir en el presente… son algunas de las cosas que nos enseñan las personas con síndrome de Down y que enriquecen a toda la sociedad.
Es un spot realmente bonito; te descubres sonriendo con su sonrisa. Hay que mirar la vida con otros ojos... no creamos jamás que nuestra vista es la buena; con frecuencia, si nos dejamos enseñar, veremos cosas maravillosas y seremos capaces de sentir ese calorcillo en el corazón que te proporcionan las personas cuando las dejas que te muestren de lo que son capaces. En estos tiempos difíciles en los que muchas veces -demasiadas- algunos se quedan en el camino, no olvidemos que juntos somos mucho más fuertes que por separado. Que todos somos capaces de aportar algo al esfuerzo común y que nunca debemos dejar llevarnos por prejuicios que tiendan a minusvalorar el valor de los demás en nuestra sociedad. Dejémonos sorprender. En estos tiempos difíciles en los que los gobiernos recortan y retiran servicios básicos tan necesarios para las personas con necesidades especiales, no seamos como los que se creen con la prepotencia de dictarnos en qué se puede y no se puede invertir nuestros impuestos. Siempre digo que la mayor generosidad suele nacer de los que menos tienen; seamos pues generosos con todos los que nos pueden necesitar, sobre todo con los que muchas veces no piden nada.
Y, por ahora, nada más. Cuidaos, por favor...