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216. La bendición

Publicado el 23 febrero 2023 por Cabronidas @CabronidasXXI

    Las creencias del abuelo Ursucino están basadas en la razón, el empirismo y la ciencia. Pero como todo hombre sabio, se muestra receptivo a otras disciplinas, aunque estas sean contrarias a sus convicciones. Así nos los demostró en el pasado, cuando hizo uso de un mundo místico y peligroso, pero efectivo si se practica desde el respeto y la prudencia. 

    Ahora vuelve a ser el centro de las habladurías desde que ha dejado de comprar sus medicamentos. Todos los habitantes enfermos del pueblo, además de sus familias y, sobre todo, el médico y los propietarios de la farmacia, que necesitan de la dolencia y enfermedad ajenas para vivir, lo miran con recelo. Saben que si el abuelo Ursucino ya no se medica, no es porque se haya abandonado a la muerte, por pobreza energética o pensión indigna como la mayoría de sus coetáneos, no. 

    Todo lo contrario: ahora el abuelo Ursucino come cinco veces al día sin atender dieta alguna, y las dos comidas más potentes de esas cinco son propias de un atleta. Esos chismosos amargados están convencidos de que si el abuelo Ursucino, como parece, ya no padece de gastritis crónica, es porque ha vuelto a recurrir a fuerzas sobrenaturales. En parte es verdad: que sorpresa se llevarían si supieran que lo único que hace es bendecir la comida antes de cada ingesta y creer que eso sirve de algo.

    ¿Milagro o el poder de la mente?

    El abuelo Ursucino lo sabe.



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