Monsters: El Continente Oscuro pretende ser una secuela del inesperado éxito de 2010 que fue . Dirige el debutante Tom Green (ya se había encargado de episodios de y Blackout) sobre una historia co-escrita por él mismo junto a Jay Basu ( Fast Girls, Proyecto Dinosaurio). Gareth Edwards está vinculado con el proyecto como productor ejecutivo, pero el resultado no tiene ningún parecido con el original, ni en temática ni en estilo. Si no fuese una superproducción del mismo estudio, con un presupuesto notable, que al menos se nota en la puesta en escena y en los efectos especiales, podría colar como un mockbuster de .
La primera era una película de denuncia social y política sobre la relación fronteriza entre Estados Unidos y México en la que salían bichoños gargantuescos. Esta "continuación" pretende ser una película de denuncia hacia el intervencionismo militar estadounidense en oriente aprovechando que salen bichoños gargantuescos.
En la primera, aunque la historia iba por otros derroteros, los invasores alienígenas eran algo presente de forma continua, aunque no siempre explícitamente, pero esa presencia afectaba a las decisiones de los protagonistas. La secuela, a través de sus diferentes avances parecía que iba a tirar más hacia la bichoñada y la acción, con militares haciendo frente a los monstruos y tal, pero la realidad es que los ignora casi completamente. De hecho, se pueden eliminar las escenas en las que participan los bichos y el resultado sería prácticametne el mismo: nos quedamos con un drama bélico lentíiiisimo, aburrido y muy flojo.
Todo mal en todos los sentidos. Planos largos, escenas interminables en las que no pasa nada, un grupo de personajes al que se han molestado en presentarnos y en darles un breve tiempo de introducción en pantalla, para librarse de casi todos ellos de una forma ridícula a la primera oportunidad... Y además son casi 2 horas. Quitarle 30 minutos la hubiera mejorado un poquitín.