Revista Libros
Reseña - por Pilar Alonso. Publicada originalmente en www.ciberanika.com
Plaza & Janés, Marzo 2012
Género: Novela
862 Páginas
Jake Epping es profesor de inglés en un instituto de Maine y gana un dinero extra dando clases nocturnas para adultos. Un día pide a sus estudiantes que escriban una redacción sobre el día que cambió sus vidas, y una le impacta profundamente: la historia narra una noche en Derry, cincuenta años atrás, en la que el padre de Harry Dunning (ahora conserje del instituto) mató a su familia a martillazos.
Poco después, su amigo Al, propietario de un restaurante de barrio, le descubre un gran secreto: en el almacén del local hay una puerta que conduce al pasado, en concreto a un día de septiembre de 1958. Y le pide a Jake que le ayude con una misión que lleva años obsesionándole: impedir el asesinato de Kennedy.
Así comienza la nueva vida de Jake como George Amberson, que se traslada al pasado para viajar primero a Derry, y luego a Dallas para seguir la pista de Lee Harvey Oswald, el asesino del presidente.
Pero el pasado se resiste a ser cambiado. Con todas sus fuerzas.
* * *
Stephen King se atreve con todo, y calidad literaria no le falta para afrontar cualquier reto literario. En esta ocasión el autor de Maine nos ofrece una novela sobre viajes en el tiempo que es al mismo tiempo un recorrido por la figura de Lee Harvey Oswald, el asesino de Kennedy. Y es que el propósito del protagonista es conseguir evitar el asesinato del Presidente de los Estados Unidos, y con ello evitar la guerra de Vietnam.
El tema resulta de lo más atractivo, no en vano se trata de uno de los episodios más relevantes de la historia reciente, y Stephen King teje toda una trama alrededor de ese hecho crucial que siempre comienza en 1958, el año al que va a parar cada vez que decide viajar al pasado.
Lo extraordinario de ese detalle es que 1958 es un año también crucial para la ciudad de Derry, lugar adonde se dirige en primera instancia para tratar de modificar el futuro de alguien a quien conoce. Para los que hayan leído su, para mí, mejor novela, “It”, recordarán los hechos que ocurrían en Derry en el verano de aquel año, cuando un grupo de niños se enfrentaba a un personaje disfrazado de payaso que sembraba el horror en la población. El protagonista de esta novela llega en septiembre, cuando ya ha pasado lo peor, y descubre una ciudad que le produce escalofríos.
A su paso por Derry se encuentra con personajes y hechos que aparecen en “It”, e incluso alguien le habla de Los Barrens, aquel barranco en el que jugaban los niños protagonistas. Pero lo que de verdad logra conmover al lector es el encuentro que se produce con dos de ellos: Bev y Richie. La sensación es la de volver a encontrarse con viejos amigos a los que hace años que uno no ve, y que se conservan exactamente igual que entonces. Ese guiño a su propia novela es sin duda uno de los momentos más emotivos de este libro, especialmente para los que tenemos la suerte de conocerla.
A partir de ahí, el protagonista continúa su camino hacia el Sur, aguardando el momento de encontrarse con Oswald, que por entonces residía en Rusia. Stephen King parte de la premisa de que el asesinato del presidente fue obra de una sola persona: Oswald, y el desarrollo de su novela no hace sino confirmarle al lector esa impresión, magníficamente sustentada.
El retrato que hace King de la época en cuestión no tiene desperdicio: los coches, la música, las costumbres, la ropa… logrando sumergir al lector en ella sin artificios, con naturalidad, como si los móviles y los ordenadores no se hubiesen inventado jamás. El protagonista, a su vez, logra sentirse tan a gusto en ella que incluso se plantea no regresar si los planes salen bien.
Pero estamos hablando de Stephen King, el maestro de los giros y de las tramas poco convencionales, y nuestro personaje se enfrentará a multitud de obstáculos para lograr su objetivo. Porque el pasado se resiste a ser cambiado, y cuanto mayor es el hecho que se pretende modificar, mayor es la obstinación de ese pasado por permanecer inalterable.
La trama está perfectamente ensamblada y desarrollada, a la altura de sus mejores obras, manteniendo el interés y el suspense en todo momento, introduciendo personajes bien perfilados y subtramas atractivas. Y de fondo siempre presente la figura de Lee Harvey Oswald, cuya vida en Estados Unidos antes del magnicidio queda magníficamente expuesta.
Una novela que combina historia y fantasía, con una pizca de terror en estado puro, con mucho suspense, grandes dosis de emociones y un final de película.
Un verdadero placer reencontrarse con el King más auténtico.