Es posible que la primera os suene, al haber sido contra portada en El País de hoy http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/06/18/actualidad/1340046525_034903.html
Esther Madudu. Foto extraida de "El País"
Toda una historia vitalista de una mujer que se salvó nada más nacer gracias a la insistencia de su abuela, matrona que luchó por su supervivencia.Esta matrona ugandesa se encuentra recaudando fondos para la campaña de AMREF “Stand up for African Mother” cuyo fin es la formación de las 15.000 matronas del país africano.
La tasa de la mortalidad materna en Uganda es 70 veces superior a la española pero mujeres como Madudu luchan por reducir esa cifra. “No somos Uganda, somos España” le escribió Mariano Rajoy hace poco a Luis de Guindos: efectivamente en España no hay 15.000 matronas y la atención sanitaria no es la misma, pero el presidente del gobierno no tenía esos datos en la cabeza cuando se dirigía a su ministro de Economía.
Esther es una luchadora nata y su gira europea promete remover conciencia, conseguir fondos y posiblemente optar a la candidatura del Nobel de la Paz de 2015. Mucha suerte.
De la segunda mujer, no puedo poner foto, solo nombre. Intisar Sharif Abdallah. Tiene 20 años y está acusada de adulterio. El 13 de mayo el tribunal sudanés que la juzgaba la condenó a muerte por lapidación. Inicialmente se había declarado no culpable pero en una declaración posterior, tras haber sido golpeada por su hermano se declaró culpable. La única declaración que se tuvo en cuenta para la acusación vino, precisamente, de su hermano. El juicio se desarrolló en árabe, idioma que no entiende muy bien.
Mujer en Malawi
Está detenida junto a su hijo de cuatro meses al que amamanta en la cárcel. Y ahí está el tema: podríais pensar que las leyes de cada país, aunque sean una barbaridad entran dentro del ámbito de su soberanía, pero es que la constitución sudanesa en su artículo 146 prohibe la pena de muerte para mujeres embarazadas o lactantes hasta los dos años.
Además el Protocolo a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, del que Sudán es signatario también contiene esta prohibición. Por supuesto no hace falta añadir que la muerte por lapidación es una forma de tortura prohibida por el Comite de Derechos Humanos de N.U.
Las campañas internacionales por su liberación ya están en marcha
Si a Esther le hemos deseado mucha suerte, imaginaros nuestros deseos para Intisar: que viva, que las campañas tengan éxito, que un clamor popular internacional la saque de la cárcel y que sea la última víctima de un castigo inhumano.
http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/sudan-lapidacion-mujer/?pk_kwd=fbk&pk_campaign=comp