Revista Cultura y Ocio
A pesar de que este año sólo he estado en siete Ferias del libro, por las doce en las que participé el año pasado, he de decir que la experiencia ha sido igualmente fabulosa. Puedo decir con orgullo que he sido bien recibido en todas las ciudades que he visitado, y que cada Feria me ha aportado un poco más de experiencia y entusiasmo para seguir luchando por mis sueños. 2453 kilómetros. Granada, Córdoba, Valencia, Jerez, El Ejido, Cádiz y Madrid, si bien en esta última no tuve ocasión de firmar libros, aunque fue una buena oportunidad para interactuar con algunos escritores y editores allí presentes, y para conocer en persona la Feria del libro más importante del país.
2453 kilómetros a bordo de mi infatigable Seat Ibiza, con el maletero a rebosar de libros y esperanza. 2453 kilómetros, uno detrás de otro, que me han permitido conocer a gente muy interesante de la que he aprendido mucho y con la que espero tener la oportunidad de trabajar algún día. En Córdoba pude charlar con Antonio de Egipto, de la editorial El Páramo, y en Madrid conocí a Carlos Alonso, editor de Pàmies, y a la escritora y bloguera Inés D. Arriero. También he conocido a escritores de la talla de Clara Peñalver, en Granada, César Pérez Gellida, en Valencia, Carmen Posadas, en Córdoba, o Alberto Cerezuela, en El Ejido, entre otros. Cada Feria es una oportunidad de darme a conocer, de ofrecer mi novela a los lectores y de recoger críticas, sugerencias y consejos sobre cómo funciona el mundillo editorial. A pesar del cansancio y del pesimismo generalizado del sector, he terminado mi ronda por las Ferias del libro con las pilas cargadas y con más ganas que nunca de seguir peleando. Alguien me dijo alguna vez que no basta con desear algo; es necesario luchar por ello con todas tus fuerzas. En ello estamos.