Para definir qué es ser de izquierda hay una primera premisa que es insoslayable: no ser de derecha, y no actuar como la derecha.
De ahí a que, con contadas excepciones, podamos asegurar sin temor a equivocarnos que no hay diputad@s de izquierdas, porque aunque se digan socialistas, comunistas, trotskistas o quemásdaístas… al final juegan al juego del sistema, y el sistema es de derecha.
Y no hay solución.