Revista Cultura y Ocio
Hoy se cumplen 25 años de la desaparición de Kurt Cobain, quien fue líder y compositor principal de la emblemática agrupación Nirvana. Hace unos cuatro años se estrenó un documental sobre su figura "Cobain: Montage of heck", dirigida por Brett Morgen, centrada en su persona y que nos permitió acercarnos a su legado de una manera nueva, a través de entrevistas y una gran cantidad de material inédito del artista. El líder de Nirvana no era tan especial pero, en tan solo 27 años de vida, no dio tiempo a comprobar muchas cosas, pero si a que era un genio, componiendo como pocos lo han hecho.Como todo músico muerto antes de tiempo, se convirtió en mito, pero el film nos descubrió a la persona, alguien demasiado sensible, muy descontrolado y confuso y que no toleraba la humillación. Para ello se partía desde su primera época en Aberdeen (Washington), su infancia y adolescencia, el divorcio de sus padres, su primera novia, etc., todo ello para explicar hasta como llega su éxito con la banda de grunge Nirvana.
Mucho se ha hablado sobre si su fama fue excesiva, si su muerte acrecentó una leyenda basada en poco, etc., yo tengo que decir al respecto que los discos que hizo con Nirvana forman parte de mi esqueleto musical, no sé en qué porcentaje, pero para mi son muy importantes, y a día de hoy cuando me pongo Nevermind, sigue dándome mucho, hay grandes composiciones ahí, igual que en In Utero, otro gran disco. Las comparativas con otros grupos sobran creo, Nirvana hacía su camino, con más o menos éxito que otros, pero eran muy buenos, pienso siempre que hay que ver la parte positiva. Y desde luego a Cobain le salían composiciones excelentes, otra cuestión era lo que rugía en su cabeza, que debía ser bastante tormentoso a tenor del final que tuvo.Sea como fuere, fue un estandarte absoluto de un estilo como el grunge, que incluía eso de vestir mal y ser feos, y para gente similar a él como Eddie Vedder fue un palo tremendo su muerte, incluso Eddie durante una época temía que le pasara lo mismo.
Hoy quiero recordarle con un single de 1990, Sliver, que luego estaría incluido en Incesticide, ese recopilatorio de singles y Caras B editado en 1992. Aquí todavía estaba el primer batería Dan Peters.