Feliz día del Maestro a las damas y caballeros que honran esta profesión en nuestro país.
Hoy conmemoramos la entrega, sacrificio y vocación de servicio de los maestros que diariamente nos ayudan en la educación y formación integral de nuestros niños y jóvenes para forjar un mejor futuro en Guatemala.
¿Por qué un 25 de junio?
Pues toca hacer memoria y retroceder hasta la época de la Revolución en Guatemala, en aquel año de 1944.
En ese entonces, ejercía el poder el dictador militar Jorge Ubico Castañeda, y durante una protesta en esta fecha por las violentas acciones que llevaba acabo ese gobierno fue asesinada la maestra María Chinchilla.
A raíz de ese hecho, por acuerdo gubernativo del 6 de abril de 1953, mientras estaba como presidente el Capitán Jacobo Arbenz Guzmán, uno de los líderes de la revolución que derrocó a Ubico, se definió esa fecha dentro de los feriados escolares, pero no fue sino hasta el acuerdo gubernativo 352-2006 que se estableció como justificación la celebración del día del Maestro.
Tengo en la mente los nombres de muchas de mis maestras durante mis años de estudio preprimario y primario en el Colegio Loyola, en la 12 Avenida, 3-69 zona 1.:
La Señorita Regina, en preparatoria.
La Señorita Gloria, en primero y tercero primaria.
La Señorita Miriam, en segundo primaria.
La Señorita Irma, en cuarto primaria.
La Señorita Amandilia, en quito primaria, que no concluyó su periodo con nosotros porque tuvo una mejora profesional y fue sustituída por la Señorita Marta Alicia.
La Señorita Olga, en sexto primaria.
Del ciclo básico y del bachillerato en el Colegio Salesiano Don Bosco tengo en mi memoria a los profesores Obdulio Morán, Mario Sánchez, a la Licenciada Marta Coto, Manuel Orellana, Gunter Mejía, entre otros.
En la Universidad creo que se pierde mucho ese sentido vocacional, se es más autodidacta, y sin embargo siempre se recuerda a algunos, como el Ingeniero Raúl Herrera, cuyo curso de Inteligencia Artificial fue de los más difíciles de superar en la carrera de Ingeniería en Sistemas de Información, o como la Licenciada Emilia Barrios, mi catedrática en la Maestría de Administración de Negocios en los cursos de Marketing Genercial I y II, quien tenía una facilidad increíble para sus brillantes ponencias.
Cada uno, aquellos de los que me acuerdo y aquellos de los que no, me dejaron algo positivo que me ayudó a crecer y a formarme.
Vaya faena las que tiene el educador. Pero seguro que es una de las profesiones que si bien no se remuneran acorde al sacrificio y esfuerzo, debe ser de las más satisfactorias a nivel vocacional.
Vamos, que una maestra vea que un niño no sabe leer o escribir antes de pasar por sus manos, y luego del fin de ciclo le ve leer ávidamente libro tras libro de cuentos... no me dirán que no mola.
Pero a quien debo la felicitación más grande como siempre es a mi esposa, maestra también.A traves de ella puedo ver con los ojos de una educadora de vocación, que disfruta cada día de enseñar, de formar no solo académicamete, sino integralmente también con valores y moralidad.
Feliz dia una vez más para todos los maestros! Ustedes hacen de este mundo un lugar mejor para vivir.