Gaziantep. Mayo 2013
Fin de semana muy activo entrevistando a diversas asociaciones (locales de Gaziantep y sirias) y a varias familias sirias. En apenas dos días es difícil saber cual es la situación en una zona pero es cierto que si hay datos que se repiten, se pueden sacar algunas conclusiones (provisionales y no definitivas).En los últimos meses, la llegada de refugiados sirios ha sido masiva. Independientemente de lo que digan las cifras oficiales (350.000 refugiados en Turquía) todo el mundo en la región es consciente que el drama humanitario es evidente y que las consecuencias futuras pueden ser dramáticas.
Si el ritmo se mantiene constante se cree que antes que acabe el año podría haber 1 millón de refugiados solo en Turquía. (en Jordania se apunta a que el campo de refugiados de Za ´Atri podría ser en breve el más grande del mundo superando a Daadab en Kenia).
Campo de refugiados de Karkamish. Mayo 2013
Los atentados de Reynhali de hace una semana han empeorado la percepción que la población turca de acogida tienen sobre los sirios.Nunca se puede generalizar sobre lo que piensa todo un pueblo pero muchos sirios se quejan que los alquileres aumentan hasta convertirse en insostenibles, que los salarios descienden exageradamente y que encontrar trabajo es ya tarea imposible.
Los turcos también achacan a los sirios que por su culpa es más difícil encontrar trabajo, que la seguridad se ha deteriorado, que los sirios una vez terminada la campaña agrícola están emigrando a regiones del interior para seguir buscando trabajo.
Aunque nada de esto se exterioriza cuando uno pasea por las tranquilas calles de Gaziantep, es evidente que hay un problema regional de difícil solución.
Los trámites para legalizar su situación no son claros y algunos sirios reciben apoyo médico y otros no o se quejan que los trámites son complicados.
Campo de refugiados de Karkamish. Mayo 2013
En los campos de refugiados donde hay 100.000 sirios registrados las condiciones de vida son, aparentemente muy buenas: agua, comida, electricidad, duchas, letrinas, supermercados, escuelas...Todo esto no quita que los refugiados se encuentren en una jaula dorada viviendo en tiendas de campañas
En nuestra visita a uno de dichos campos, en Karkamish, a unos metros de la frontera con Siria, hemos podido hablar con varios refugiados.
Las condiciones eran excelentes pero las restricciones para salir al exterior eran fuertes (no está prohibido pero se controlan las salidas y se limita el tiempo fuera del campo) y vivir en una tienda más de un año no es del agrado de nadie, por muchos servicios que te den. En breve más.