Tierno, achuchable, sabroso y sano conejito de Pascua (vía Wikimedia commons)
Hay muchos lugares en los que el conejo no se come, se ven como tiernas mascotas. Aún recuerdo a un amigo inglés de visita en el pueblo, viendo los conejos que se criaban para comer y sorprendiendose de su destino final, con cara de pena preguntó: "¿Os váis a comer al bunny?" Sí, querido, y bien rico que estará, ya verás.
En esta pequeña selección vamos a hacer dos secciones, una en la que tomamos el conejo tal cual.
Conejo al ajillo es un clásico que no puede faltar en ninguna selección.
Conejo al ajillo (vía La cocina de Fabrisa)
Confitar el conejo es otra manera de guisarlo.
Conejo confitado (vía Las recetas de Triana)
Conejo cazadora o campesina es una manera tradicional de comerlo.
Conejo a la cazadora (vía Divina Cocina)
Y a continuación, la segunda sección cuando el conejo forma parte de un todo.
Tengo que reconocer mi debilidad por el arroz como acompañamiento, y si la cosa se pone picantona y con sabores intensos, me gusta aún más. Como ejemplo está el arroz picante con conejo
Arroz picante con conejo (vía Directo al paladar)
Arroz caldoso con conejo del campo, porque todo con algo de juguillo está mucho mejor.
Arroz caldoso con conejo de campo (vía La cocina de Virginia)
La paella que no falte. Ni con lo extremistas que piensan que sólo se come en Valencia, ni con aquellos que piensan que es un "aquí se echa de todo", como Jaime Olivier y su paella de chorizo.
Paella de conejo (vía Estoy hecho un cocinillas)
A la italiana, con pasta, podemos encontrar el ragú de conejo.
Ragú de conejo con scialatielli (vía Recetas italianas)
Y como no sólo de arroz guisado vive el hombre, vamos allá con una receta al horno con patatas.
Conejo al horno con patatas panaderas (vía Cocina casera y fácil)
¿Tienes costumbre de comer conejo? Si no lo has probado aún, ya sabes por dónde empezar.