Revista Cultura y Ocio

269.- Elecciones “europeas”

Publicado el 09 mayo 2014 por Javiersoriaj

Ayer comenzaba la campaña electoral para las “elecciones europeas” con los mismos mecanismos de siempre: mítines en los que ir a contarle a los convencidos lo malos que son los otros, apuesta por el bipartidismo estricto en los medios, con un par de coletillas para IU, UPyD y CiU, y perspectivas de coñazo estruendoso hasta el 25 de mayo.

Empecemos por el principio: las elecciones son al Parlamento de la UE, no al Parlamento Europeo (que no existe) ni “elecciones europeas”. De esta manera, llevan a los representantes populares a la instancia con menos capacidad de decisión de la UE, de tal forma que la única representación elegida democráticamente pinta poco en la estructura de la Unión. Son la Comisión (representación de la UE) y el Consejo (representación de los Estados), junto con el BCE, las verdaderas instancias de poder, y evidentemente no siguen ningún mecanismo democrático de elección ni control. Por más que se empeñen algunos contertulios en que “las elecciones son muy importantes, pues queramos o no estamos en Europa (sic)”, cuando en “Europa” se toman decisiones, y es evidente porque lo hemos visto y sufrido continuamente con la crisis, es la troika la que lo hace, y no el Parlamento.

El Parlamento de la UE viene a ser por tanto, en líneas generales, un refugio para la “patada hacia arriba” de los políticos que van sobrando aquí. Con un sueldo de 6 o 7000 euros mensuales, más dietas, despachos, secretarias, chóferes, vuelos business… y poca o ninguna obligación de acudir a las sesiones (en las que por otra parte tampoco se puede hacer gran cosa) se convierten en destino dorado para quitar de en medio a ciertas personas que pueden molestar. A veces, pensando en clave interna, se puede recurrir a algunos pesos pesados, pero en realidad es igual, porque estarán aquí, en las ejecutivas y en el gobierno de sus partidos, y no aparecerán por su puesto de trabajo más que para fichar y cobrar las dietas. También hay organizaciones “satélite” que permiten que gente como Maleni Álvarez pueda cobrar 28.000 euros mensuales en el BEI -Banco Europeo de Inversiones-. Por cierto, el dinero de la UE no sale de la nada. Lo pagamos nosotros.

Por tanto, un Parlamento sin poder, unas elecciones que eligen a representantes que no sirven para nada en la toma de decisiones importantes de la UE, y políticos que no dicen nada sobre la UE, y plantean sus discursos, reiterativos e insustanciales, en clave interna, pero incluso así, sin ningún tipo de argumento: simplemente consiste en afirmar que la culpa ha sido (es, y será) de los otros. Sin más.

¿Y para eso tanto mitin y tanta campaña? ¿Cuánto se gastan en ello? ¿Cómo se financia todo ese descomunal gasto estúpido? Obviamente, no hay que ser muy listo para ver cómo detrás surgen los escándalos de financiación, ligados a tramas visibles e invisibles, juzgables o no… y en cualquier caso ética y políticamente indecentes. Mientras no hay dinero para sanidad, educación, dependencia e investigación se gastan ingentes cantidades de dinero en financiar patrañas políticas. ¿No es bastante con la televisión y el dominio brutal de los medios? ¿Para qué más?

Pese a que uno de los principios fundamentales de la Constitución es el pluralismo político, seguimos, y es evidente, en un pluralismo ficticio, derivado del bipartidismo-de-un-solo-partido-realmente-existente. Los medios plantean las elecciones en clave Cañete-Valenciano, y hay algún coletazo a los partidos “minoritarios” (IU, UPyD y CiU). Y ya. Ninguna de las nuevas propuestas tiene cabida. Ninguna opción tiene opción.

Y las previsiones son de alta abstención. Y el PP dando palmas con las orejas. Como en realidad no son demócratas, aunque la abstención triunfe, ellos se adjudican la representación como si hubiese sido una participación del 100%. En las últimas elecciones gallegas, por ejemplo, el PP, que ganó las elecciones, tuvo menos votos que los votos no depositados. ¿Y qué pasó? Pues nada. Dicen que les ha votado el 40% de la gente y ya está. Qué más da sumar mentiras, con la cantidad de ellas que manejan.

En definitiva, que las elecciones al Parlamento de la UE sirven de bien poco en realidad. Además, y por lógica, los partidos no hablan de Europa en campaña, conscientes de que tendrían que entrar en decir cómo es realmente la UE, una estructura para comerciantes y mercaderes, y sin ningún contenido social. Solo las plantearán en clave interna, y sobre todo “en negativo”, planteando todo lo malo del rival.

Y es por eso que quizá sea importante ir a votar, porque podemos dar un toque en clave interna. Obviamente habría que dejar de lado a PP-PSOE, y votar otras opciones. Si el PP perdiese las elecciones debería replantearse algunas cosas. Si el PSOE sufriese otro gran batacazo también. Así que estamos a tiempo de pensar en un pequeño ajuste de cuentas. Podemos obtener una pequeña victoria y dejarnos oír. Algo es algo.

Por cierto, ¿habéis leído muchas cosas del Tratado de Libre Comercio entre la UE y EEUU? ¿No es tan democrática nuestra querida Unión Europea que debería publicitarlo? ¿Por qué PP, PSOE, CiU y UPyD ya están planteando que no habrá referéndum para convalidarlo, al más puro estilo soviético, cuando la prensa sacaba críticas de libros que nadie había leído porque estaba prohibido leerlos? Supongo que no confían en la madurez democrática de la ciudadanía para “votar lo que se debe”. O quizá empiezan a tener miedo, tras tantas demostraciones en la calle, y no quieren arriesgarse a que esta vez saltemos por encima de sus falacias y de su venta por los medios de (in)comunicación. Ya veremos, que dijo el ciego.

Por cierto, en relación a esto último, os recomiendo leer despacito el artículo de Alberto Garzón, uno de esos políticos por los que sigue quedando esperanza de que la política algún día pueda cambiar. Se titula Hundamos su Unión Europea


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