Como solemos decir muchas veces en la consulta, es importante de ir a la raíz del problema y no solo tratar los síntomas. Ya sabemos que son los síntomas los que nos causan normalmente las molestias y nos los queremos quitar de encima lo antes posible. Pero ¿que nos sirve eliminar hoy un síntoma que mañana, pasado mañana o cada día volverá de nuevo? A parte que también es importante ser consciente de que este solo síntoma puede seguir desarrollándose a lo largo del tiempo y causar otros síntomas añadidos y/o peores. Así que hoy vamos a analizar síntomas y causas raíz de los problemas de digestión.
Hay muchos síntomas diferentes que te están avisando que algo no funciona bien con tus tripas. Estos son por ejemplo el estreñimiento, la diarrea, la acidez estomacal, la hinchazón abdominal, las flatulencias y por supuesto el dolor. Si los síntomas son lo suficiente graves seguramente que serás remitido a hacerte una endoscopia o colonoscopía para descartar que no tienes un cáncer, pólipos pre-cancerosos o una enfermedad inflamatoria del intestino. Si estás libre de estas condiciones seguramente te dirán que tienes síndrome del colon irritable o algo similar.
Aún así siempre habrá un motivo de tus problemas de digestión y determinar cual es la causa raíz más allá de solo tratar el síntoma, puede ayudarte finalmente a tener una digestión equilibrada y una salud radiante.
También hay que tener en cuenta que los problemas del tracto digestivo pueden estar causando otras alteraciones de salud. Como ya decía Hipócrates: "Toda enfermedad empieza en el intestino" e investigaciones recientes demuestran que ¡Hipócrates tenía absolutamente razón!
Así que vamos a echarle un breve vistazo a las 7 causas mas frecuentes de los problemas de digestión:
La hipo- o aclorhidria está definida como la disminución de la acidez de los jugos gástricos. El estómago produce ácido hidroclórico para descomponer ciertos alimentos en el estómago, absorber los nutrientes y protegernos frente a patógenos.
Si el estómago no está produciendo suficiente ácido hidroclórico esto puede tener repercusiones en la producción de bilis y también de enzimas pancreáticas, ambas igualmente necesarias para digerir ciertos alimentos. Esto a la vez puede conducir a síntomas como reflujo ácido, nauseas, acidez, indigestiones, eructos, flatulencia y dolor.
Frecuentemente se piensa que los síntomas como el reflujo ácido o la acidez estomacal son causadas por un exceso de ácido clorhídrico en el estómago. Pero aunque parezca paradójico esto no es el caso. Una bajada del ácido en el estómago puede producir precisamente sensación de acidez estomacal e incluso reflujo ácido. Este descenso lleva a una condición llamada SIBO (Small Intestine Bacterial Overgrowth) o sobrecrecimiento bacteriano intestinal que produce gases como el hidrógeno y el metano que presionan el esfínter del músculo esofágico causando una relajación del mismo y produciendo un ascenso del ácido estomacal hacia el esófago.
Habitualmente el tratamiento médico para este síntoma son antiácidos mejorando la sensación en el mismo momento. Pero como nos podemos imaginar lo empeora a largo plazo y a la vez aumenta el riesgo de otras patologías intestinales. ( leer más - aunque en inglés)
Se estima que un 80% de los síntomas del síndrome de intestino irritable están causados por un sobrecrecimiento bacteriano intestinal aunque pocos médicos lo saben y lo comprueban con pruebas médicas. Tampoco hay que reprochárselo a los médicos, ya que en los últimos 20 años ha habido tantos estudios al respecto que quizás es difícil de seguirles el ritmo.
Normalmente debería haber un montón de "bichos" en condición de bacterias en el intestino grueso (más de 100 trillones - que es un 100 con 18 ceros detrás - para visualizarlo), pero muy pocos en el intestino delgado. El llamado SIBO (sobrecrecimiento bacteriano intestinal) ocurre cuando algunas de las bacterias del intestino grueso se mueven hacia el intestino delgado y este empieza a desbordarse.
La antes mencionada hipoclorhidria puede ser la causa, ya que lleva a una malabsorción de los hidratos de carbono que es la fuente nutricional principal de las bacterias.
Otras causas del SIBO incluyen el uso de antibióticos, dieta pobre en nutrientes, infecciones y estreñimiento.
El SIBO puede causar depresión, ansiedad, deficiencias vitamínicas y minerales (ya que la absorción de los nutrientes se produce en el intestino delgado), trastornos generales de absorción e incluso permeabilidad intestinal debido al daño que se produce en el intestino. Y por supuesto produce síntomas como estreñimiento, diarrea, reflujo ácido, hinchazón abdominal, flatulencias y dolor.
El SIBO está asociado a demasiadas enfermedades crónicas para nombrarlas aquí (o si algunos ejemplos: 1 - sdme. colon irritable, 2- obesidad/hígado graso, 3- hipotiroidismo, 4 - e. celiaca, 5 - esclerodermia ...) y si tienes una enfermedad crónica y problemas digestivos, deberías hacerte un test para determinar si tienes SIBO. El diagnóstico del SIBO se hace mediante un test de hidrógeno espirado que puede medir la cantidad de los gases hidrógeno y metano que producen las bacterias.
Infecciones intestinales como la Giardia, Blastocystis hominis, Dientamoeba Fragilis, Heliobacter pylori, Klebsiella y la Salmonella son la mayor causa de los problemas de digestión. Este tipo de infecciones pueden producir dolor agudo y diarrea, pero también síntomas crónicos de bajo grado que van y vienen con el ciclo vital de las infecciones.
Igual que los síntomas digestivos, las infecciones crónicas pueden causar cansancio, dolor muscular, cambios de humor, mente espesa, insomnio y problemas de piel. Siempre que haya problemas crónicos de salud habría que evaluar si hay una infección parasitaria o bacteriana, aunque no haya síntomas digestivos. La mejor manera de evaluar este tipo de infecciones es mediante una prueba de heces. Y a veces es necesario hacer algunas pruebas diferentes, ya que estas infecciones pueden ser difíciles de diagnosticar.
La disbiosis se produce cuando hay un desequilibrio de las bacterias intestinales en el tracto gastrointestinal. Como ya hemos mencionado previamente tenemos 100 trillones de bacterias en nuestros intestinos, muchos de ellas beneficiosas e incluso esenciales para nuestra supervivencia, ya que nos ayudan a absorber nutrientes y en el metabolismo celular. Este hecho también es conocido como el microbioma o la flora intestinal. Pero algunas bacterias no son tan beneficiosas.
Por ejemplo el sobrecrecimiento de la candida es un buen ejemplo de lo que pasa cuando hay una disbiosis. La candida es un hongo que se encuentra de manera normal en pequeñas cantidades en nuestro intestino, pero que debido a una dieta pobre, antibióticos, estrés u otras infecciones puede empezar a crecer y causar un desequilibrio frente a las buenas bacterias intestinales causando muchos síntomas digestivos y otros sistémicos especialmente cansancio y síntomas neurológicos.
La disbiosis no solo afecta a la candida, sino que también puede producir un sobrecrecimiento de otras bacterias como la Klebsiella que solo causa problemas cuando hay una sobrepoblación.
Tanto la disbiosis como la candida pueden ser identificadas por analíticas de heces o una prueba de ácidos orgánicos y en muchos casos pueden ser tratadas con pre- y sobretodo probióticos ( estudio).
Otra posible causa de tus problemas de digestión pueden ser intolerancias alimentarias o incluso alergias alimentarias. Esto incluye la enfermedad celiaca que consiste en una alergia al gluten (la proteína de los cereales) y aunque los síntomas pueden ser muy severos, hay muchas personas que no están diagnosticadas de esta alergia ( leer más). Como el test estándar para determinar si hay un a alergia al gluten puede que no sea al 100% concluyente, una buena alternativa sería hacer una prueba durante 30 días sin tomar alimentos con gluten para ver si los síntomas cambian. Puede haber una intolerancia al gluten en vez de una alergia que no saldría en el test.
Por otra parte los mismos trastornos como el SIBO, la hipoclorhidria y la permeabilidad intestinal pueden provocar intolerancias alimentarias. Y una vez que abordes el trastorno en muchos casos podrás volver a re-introducir los alimentos de nuevo. Esto pasa sobre todo en etapas avanzadas de la vida.
Intolerancias alimentarias pueden ser difíciles de identificar, ya que a veces los síntomas aparecen horas e incluso días después de la ingesta de un cierto alimento y también puede pasar que el síntoma no lo asociamos a ese alimento. Por ejemplo si nos sale un grano después de tomar algún alimento, quizás no nos imaginamos que pueda ser de una intolerancia alimentaria. Las intolerancias alimentarias pueden causar muchísimos síntomas diferentes, como cansancio, deficiencias nutricionales (cuyos efectos no notaríamos en el momento), problemas de piel, dolor de cabeza, etc.
Reacciones adversas a diferentes alimentos
Quizás una de las intolerancias alimentarias mas conocidas es la intolerancia a la lactosa. Por desgracias las personas con intolerancia a la lactosa abordan el problema, tomando leche sin lactosa. Quizás deberían tener en cuenta que siguen ingiriendo tanto las macroproteínas como la caseína como la descompensada relación en minerales de la leche de vaca y que quizás estos elementos puedan ser coadyuvantes en la intolerancia u otros trastornos asociados no solo problemas de digestión. Si lo deseas puedes leer mas sobre los inconvenientes de la leche de vaca aquí.
Para identificar las intolerancias alimentarias hay infinidad de opciones. La opción más asequible y a veces más efectiva es la dieta de eliminación. Esta puede ser de gran ayuda, aunque hay que reconocer que es difícil de llevar a cabo.
El test sanguíneo de intolerancia alimentaria, también llamado test IgG (porque identifica directamente los anticuerpos en sangre) pueden identificar muchos alimentos y también determinar si existe candida, pero pueden resultar costosos.
Y por supuesto que también se puede aplicar el test kinesiológico para identificar intolerancias. La kinesiología es la respuesta del mismo cuerpo ante cualquier agente, ya sea alimento, elementos u objetos e incluso pensamientos.
La permeabilidad intestinal o también llamado "leaky gut" ha sido obviada durante mucho tiempo por médicos convencionales, pero con el avance de las investigaciones en los últimos 20 años sobre el tema, no solo está reconocida como una condición existente y real, sino también una de las áreas de investigación en la actualidad.
Junto con los estudios sobre el microbioma intestinal ahora es uno de los campos de investigación punteros, ya que la permeabilidad intestinal puede desbocar en enfermedades autoinmunes (todas las enfermedades autoinmunes están asociadas a permeabilidad intestinal), en problemas neurológicos, trastornos cutáneos como la psoriasis y el eccema, así como muchos otros trastornos. (Estudios 1, 2, 3, ...)
La permeabilidad intestinal significa que las células del intestino que deberían estar alineadas como una pared cerrada, se hacen penetrables. Así toxinas (u otros elementos como proteínas de gran tamaño) que con una pared intestinal intacta serían eliminados, pueden pasar al torrente sanguíneo donde pueden ser reconocidos por el cuerpo como un patógeno y ser atacados (este es el principios de las enfermedades autoinmunes). La pared intestinal debería ser muy selectiva al dejar pasar ciertas sustancias y normalmente es donde se absorben los nutrientes de los alimentos que ingerimos. Pero cuando esta pared intestinal se rompe, otras toxinas pueden entrar en el torrente sanguíneo y llegar a otras partes del cuerpo.
Causas de la permeabilidad intestinal son similares a los otros trastornos digestivos y estos incluyen el estrés, SIBO, AINES (Antiinflamatorios no-esteroideos, p.e. Aspirina, ibuprofenos varios y diclofenacs como Voltaren, etc), otras medicaciones o patógenos que causan este problema de digestión.
La enfermedad inflamatoria intestinal es una condición ya bastante más seria que las anteriormente mencionadas. Se refiere a la agrupación de diferentes enfermedades que incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa entre las más comunes. Son afecciones autoinmunes en el que el sistema inmune del cuerpo se ataca a si mismo.
Las enfermedades inflamatorias intestinales se diagnostican con colonoscopias o las analíticas de heces también pueden mostrar marcadores indicando una de estas enfermedades. El tratamiento estándar consiste en medicamentos inmunosupresores y/o cirugía, aunque hay mucho que se puede mejorar mucho con nutrición, plantas medicinales/fitoterapia y cambios en la dieta. Los transplantes fecales han demostrado que puede ser una alternativa muy efectiva para estas alteraciones, lo que demuestra que están intrínsecamente conectadas con la flora intestinal.
Una digestión sana es clave para una buena salud. Es tan importante que no solo puede influir en tu sistema digestivo, sino en tu sistema inmune y tu salud mental entre muchos otros a parte de tu problema de digestión.
Así que no solo es muy importante abordar los problemas de digestión, sino el primer paso es identificar la causa. Dependiendo de tus síntomas y signos, la mejor manera de empezar es de dirigirte al médico de digestivo para que pueda determinar si es necesario hacer diferentes pruebas y/o una analítica sanguínea. Estas son condiciones menos sutiles y se pueden definir bien por medios clínicos. Es importante descubrir si hay algunas infecciones como primer paso. Si no es el caso lo mejor será mejorar la salud digestiva corrigiendo la hipoclorhidria o la permeabilidad intestinal.
Pero piensa que si no llegas hasta la raíz del problema, los síntomas volverán de nuevo. Así que esperamos haberte ayudado a aclarar algunas dudas que quizás hayas tenido. Y si tienes alguna pregunta, ¡déjanos un comentario o envíanos un e-mail!