273.- 'No hay ninguna mentira en este mundo que prefiera a la verdad.'

Autor: Allison Burnett (Guionista) pronunciada por Winona Ryder (Otoño en Nueva York) Estaba yo pensando, tengo esa cada vez más inusual costumbre, que hoy podríamos hablar de la verdad. Tras una cantidad de frases acumuladas como hasta ahora, uno ya no sabe bien, y os lo digo con total sinceridad, qué temas he abordado en profundidad y tratado de manera suficiente. Las etiquetas afortunadamente sirven de guía imprescindible, pero de la reiteración en algún argumento seguro que no me libro.
Para hablar de la verdad comenzaré con una mentira… o no. Se trata de la llamada “paradoja del mentiroso” cuya versión más antigua se atribuye al filósofo griego Eubulides de Mileto, que vivió en el siglo IV a. C. Supuestamente Eubulides dijo: Un hombre afirma que está mintiendo. ¿Lo que dice es verdadero o falso? Ahí tenéis un buen rato para pensar… ¿Verdadero?, ¿Falso?
Si nos determinamos a decir la verdad, quizá ya sepamos por experiencia que nos enfrentamos a una de las tareas más complejas y duras. No comprendo a aquellos que se vanaglorian de decir siempre la verdad, sin que les importen las consecuencias y en cualquier situación. Caiga quien caiga. Bendita sinceridad a prueba de todo.
Sabemos que la verdad es difícil y sobre todo cuando hace daño a otros, por lo que no tener en cuenta esto, es no disponer de la mínima empatía. Las mentiras piadosas nacieron para mitigar el dolor ajeno, pero aun siendo una formula bastante ‘humana’ y compasiva, creo que se han de evitar siempre en las cuestiones trascendentes y en las que no quedará otra opción que tirar de valor. Y es que la verdad implica valentía para decir lo que pensamos o sentimos cuando nos jugamos algo importante.
Y conste que no contará que solo estemos preparados para decirla, sino que también debemos estar prestos a asumirla. “No encontrarás nunca la verdad si no estás dispuesto a aceptar también aquello que no esperabas.” (Heráclito)
Reflexión final: La verdad es siempre la mejor apuesta. Es simple, única y además nos evita hacer ejercicios incómodos de memoria intentando recordar lo que dijimos que pasó, lo que contamos que ocurrió o lo que soñamos que nos pudo pasar. ¿Verdad?