28 años después

Fachada del colegio público Teófilo Pérez de Tegueste.

No busquen en Google, porque no es el título de ninguna película de acción ni de esas de seres extraterrestres que invaden la tierra. En realidad es mucho más sencillo que eso. Hace algunas semanas y gracias a las nuevas tecnologías, una antigua compañera del cole contactó conmigo por Facebook para plantearme un reencuentro de los compañeros que hicimos Octavo de EGB en el Teófilo Pérez de Tegueste, un centro público que hoy tiene buena fama en el marco de la comunidad educativa de Tenerife y del que me siento orgullosa.

Apenas unos días después éramos ya 50 en el grupo de Whatsapp creado para la ocasión. Las nuevas incorporaciones surgían a tal velocidad, que empezaron entonces los problemas de memoria, en la mayoría de los casos -¿quién era Fulanita de Tal, dios mío, no me acuerdo?-, y en los menos el descubrimiento de cómo algunos mantienen a punto todas sus neuronas 28 años después.

Nada como la memoria colectiva para empezar a colocar correctamente las piezas de un puzzle dividido desde que en junio de 1988 acabamos nuestra educación básica y muchos no volvimos a vernos, incluso viviendo en el mismo pueblo. Gracias a las fotos que cada uno compartió del entonces y el ahora fuimos recordando la famosa foto de aquel viaje de fin de curso en aquel aquapark de Málaga que nos sirve de chuleta cada vez que se suma un nuevo miembro.

Pues ha llegado el día de ese reencuentro. La novelería me puede y allí estaré esta tarde para contribuir a traer al presente aquellas anécdotas infantiles y que hoy estamos dispuestos a compartir en vivo y en directo. Daré cuenta de ello, ¡palabra!