El 28 de julio, Pedro Pablo Kuczynski Godard asumirá como el sexagésimo gobernante del Perú con dos mandatos claros: democracia y transparencia, así como luchar contra la inseguridad -la baza de su oponente-, un programa para gobernar que buscará mantener la estabilidad y crecimiento económicos y avanzar en la mejora de los desfavorecidos, sólo posible a través del diálogo, la negociación y el consenso.
¿Por qué estas tres herramientas democráticas -y las alianzas que pueda crear- serán la clave de su éxito -o fracaso- para gobernar? En primer lugar, ganó por escaso 0,242% (41.438 votos), record mundial; segundo, Fuerza Popular -partido de su oponente- tiene mayoría de congresistas (73) y el suyo sólo 18; en segundo, necesitará el apoyo de los otros 5 partidos con representación parlamentaria para aprobar sus medidas y, tercero, mantener cercanía con los movimientos que lo apoyaron para impedir la victoria del fujimorismo incluido el Frente Amplio y su lideresa Verónika -también con "k"- Mendoza Frisch.
"No confundamos el diálogo con la debilidad" y "vamos a trabajar para todos los peruanos [...] que todos se suban al tren rápido". Esas serán sus vías como Presidente del Bicentenario.