Vas a pensar que esto es un vacilón, que no puede ser que me la pase descubriendo manteles redondos cuando sólo tengo mesas cuadradas. Pero acabo de sacar estos y de una los descachivachizé (los regalé a una vecina). No hay más, en serio. Quizás fue que eran los hijitos de los otros manteles que deseché antes y eran demasiado pequeños para verlos hasta hoy, que crecieron. Como las mariposas que salen de sus crisálidas. Bueno, eso si alguien desechara las mariposas apenas salen de sus crisálidas. O sea que no exactamente. Pero casi.
Nota: mañana voy a hacer una descachivachización más sólida cuando ordene mi biblioteca. Espero tener fuerzas porque voy a estar todo el día enseñando debate. Todo sea por mis lectores.