Más o menos desde el verano vengo comprobando que los cambios ya no son tan importantes todos los meses; normalmente hay un mes en el que da un buen salto y el mes siguiente suele ser más tranquilo, como si fuera un mes de consolidación. Este mes de enero ha sido de esos: de cambios discretos y pocas novedades.
Creo que el principal avance ha sido que poco a poco va haciendo construcciones verbales más largas. Si antes decía “se ha caído” ahora puede que diga “se ha caído al suelo“. Algunas frases ya tienen una construcción completa, como “la perruna se ha comido la galleta“. Y ha empezado a introducir el sujeto al que se dirige en casi todas sus frases, “mamá, (eso) no me gusta“.
Ha mejorado en la expresión de sus sentimientos, que es algo que siempre le ha costado un poquito. Ya es normal que te diga que le duele algo, que tiene pupita, dónde, y que te pida que se lo cures. O que te diga que una cosa no le gusta o que no la quiere. Y ha empezado a decir te quiero cuando antes sólo suspiraba y decía “mamiiiii“.
Tiene una memoria que me asombra. Cualquier cosa que le digas o que escuche en la tele o en una canción, en un cuento, donde sea, la retiene de inmediato y te la suelta en cualquier momento, además bien insertada en el contexto. Así que todos los días tenemos alguna anécdota de cosas que hace y dice. No nos aburrimos.
Los puzzles que le regalamos en Navidad ya los hace con los ojos cerrados. De hecho, ayer estuvo haciendo un puzzle nuevo, de 6 piezas, y no se le resistía. Está claro que este tipo de juegos le gustan y se le dan bien así que tengo que ir mirando puzzles más complicados porque en cuanto algo no le supone un reto se aburre soberanamente.
Uno de los juegos que más le entretienen últimamente es el abrir y cerrar todas las puertas de la casa. Esto de usar los pomos le tiene entusiasmado y tener el poder de abrir y cerrar puertas le debe parecer lo mejor de mundo mundial. De momento no se ha pillado un dedo, tiene bastante habilidad, eso sí, no descarto que desgracie a un gato, porque a veces cierra a unas velocidades que como te pille por medio…
¡Veremos qué tal febrero!.