Revista Cultura y Ocio

Publicado el 29 diciembre 2015 por Letransfusion

En agosto del 2010 intentaba mudar este blog a otra plataforma, pero las cosas se complicaron por varias circunstancias. Hoy estoy aquí sentado en otro cibercafé retomando las publicaciones en este blog. ¿Se hará la mudanza completa algún día? No lo sé, por el momento es algo que después de cinco años he tenido que meditar. Hoy estoy aquí a punto de retomar y todavía dudando un poco...

Sea pues este un reinicio, quizá algo accidentado porque no es como a mí me gustaría. Sólo sé que hoy es necesario retomar esta tribuna y hacer uso de la palabra.

Sigo haciendo lo mismo en los vagones del metro, pero he dejado desde hace algunos años, no sé cuántos, de dar la hojas con los cuentos o poemas que me subo a compartir. Hoy, después de varias peticiones por parte de quienes cooperan en el vagón, estoy preparando la hoja de los próximos días y así ya no se quedarán sólo con el recuerdo de mi interpretación. Sé que a muchos les dará gusto. Todavía recuerdo que llegaba a repartir hasta trecientas hojas por día, será un placer enorme hacerlo nuevamente.

El poeta convocado desde el pasado en esta ocasión es Rubén C. Navarro cuyo más celebre poema es "El cristo de mi Cabecera", pero no será éste el que interprete hoy por la tarde, sino este otro: "Tabernero".

Se los dejo aquí con mucho gusto.

El cristo de mi Cabecera

Cuando estaba solo... solo en mi cabaña,
que construí a la vera de la audaz montaña,
cuya cumbre, ha siglos engendró el anhelo
de romper las nubes... y tocar el cielo;
cuando sollozaba con el desconsuelo
de que mi Pastora - más que nunca huraña-
de mi Amor al grito nada respondía;
cuando muy enfermo de melancolía,
una voz interna siempre me decía
que me moriría
si su almita blanca para mí no fuera,
¡le rezaba al Cristo de mi cabecera,
porque me quisiera...!
¡porque me quisiera...!
....................................
Cuando nos unimos con eternos lazos
y la pobrecita me tendió sus brazos
y me dio sus besos y alentó mi Fe;
cuando en la capilla de la Virgen Pura
nos bendijo el Cura
y el encanto vino y el dolor se fue...;
cuando me decía,
loca de alegría,
que su vida toda para mí sería...
¡le rezaba al Cristo de mi cabecera,
porque prolongara nuestra Primavera...!
...¡Porque prolongara nuestra Primavera...!

Cuando sin amparo me dejó en la vida
y en el pobre lecho la miré tendida;
cuando até sus manos, que mostraban una
santa y apacible palidez de luna
y corté su hermosa cabellera bruna,
que en el fondo guardo de mi viejo arcón;
cuando, con el alma rota en mil pedazos,
delicadamente la tomé en mis brazos
para colocarla dentro del cajón;
cuando muy enfermo de melancolía,
una voz interna siempre me decía
que ya ¡nada! me consolaría,
¡le rezaba al Cristo de mi cabecera,
porque de mis duelos compasión tuviera...!
...¡porque de mis duelos compasión tuviera...!
..............................................
Hoy que vivo solo... solo, en mi cabaña,
que construí a la vera de la audaz montaña.
cuya cumbre ha siglos engendró el anhelo
de romper las nubes y besar el cielo;
hoy que por la fuerza del Dolor, vencido,
busco en mi silencio mi rincón de Olvido;
mustias ya las flores de mi Primavera;
triste la Esperanza y el Encanto ido;
rota la Quimera,
muerta la Ilusión...
...¡Ya no rezo al Cristo de mi cabecera...!
¡Ya no rezo al Cristo ... que jamás oyera
los desgarramientos de mi corazón...!

TABERNERO

¡Tabernero!
¡Voy de paso!
¡Dame un vaso
de tu vino
que me quiero emborrachar,
para dejar de pensar
en este cruel destino,
que me hiere sin cesar ...!

¡Tabernero, dame vino,
del bueno para olvidar ...!

Tú que a todos envenenas
con tu brebaje maldito,
¿cómo quieres comprender
lo infinito
de las penas
que da al morir un querer?
¡Acaso nada te apura
porque tienes la ventura
de tener
una dulce compañera
que te espera,
sin saber
que algún día no lejano,
se irá con rumbo al Arcano,
para nunca más volver ...!

Yo también tuve un amor,
que fue grande, ¡quizá tanto
como lo es hoy mi dolor!
y también sentí el encanto
de una boca perfumada,
que en la frente y en los ojos
y en los labios me besó!
¡Yo también tuve mi amada;
pero ... ya no tengo nada
porque Dios me la quitó ...!

Ya ves qué amargo es el destino
que me hiere sin cesar.
¡Tabernero ... dame vino ...
del bueno ... para olvidar ...!

También dejo aquí la hoja para su descarga.

https://drive.google.com/file/d/0B3qMrxnKJ_HKWEZVdDJwU3laUFU/view?usp=sharing

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