29 de febrero
Hoy hace cuatro años que me convertí en lo más grande, importante y significante que puede haber. Hoy hace cuatro años que una nueva condición no sólo me acompaña, sino que se ha convertido en mi Yo. Hoy hace cuatro años que me convertí en Mamagolosi.Será porque es el primer cumple real por lo que estoy tan emocionada; el primer 29 de febrero en cuatro años. Esta mañana en casa nos hemos levantado todos pletóricos, Miss la primera, que a las 7.30 h. se ha venido a nuestra cama y nos ha recordado que hoy era su cumple, jejejej, como si hiciera falta.
Reconozco que estoy sentada frente al ordenador sin saber qué escribir, sin encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que realmente siento y lo que verdaderamente significa para mí ese 29 de febrero de 2008 y todos los días siguientes hasta hoy, durante los cuales con el nacimiento de Mister he vuelto a comprobar que nunca hay un demasiado y que en el campo de los sentimientos los límites son inexistentes. Nunca imaginé que se pudiera querer tanto. Bueno, la palabra querer se me antoja corta e imprecisa, le puedo añadir tantas otras expresiones...
Nunca he sido capaz de definir la maternidad desde mi punto de vista, desde mis sentimientos, desde mis vivencias. No puedo, y creo que mejor así. De esta forma queda dentro de mí, de esa parcelita interior de los sentimientos que ni yo soy capaz de describir y que por lo tanto he de esforzarme en demostrar, día a día, con hechos. Y en ello estamos. El halago que más me ha gustado de los que han hecho a Miss es "feliz", y sé que no era un cumplido, sé que mi amiga Nu lo dijo (y lo sigue diciendo) desde el corazón, pero también desde lo que ven sus ojos. Porque Miss refleja lo que la felicidad significa, y yo me siento orgullosa de ello, porque es a lo que dirijo la mayor parte de mis esfuerzos, a ayudar a mis retoños a ser felices. E intento hacerlo como mejor sé, como considero que deber ser, como me guía mi instinto y mi corazón, pero sobre todo mi sentido común.
Y todo esto de la maternidad, tan especial y único, está empezando a descubrirlo una persona muy cercana e importante en mi vida, alguien a quien quiero y admiro a partes iguales, alguien que en poco tiempo rebasó el plano de la amistad y a la que he de agradecer que el Guetto hoy sea lo que es. Gracias Rubi, porque si bien es verdad que no formabas parte en los inicios, todo podría haber acabado a la vez que nuestros estudios. Pero reapareciste en mi vida ese último año de carrera, y seguidamente en la de las demás, logrando lo que yo no había sido capaz y haciendo posible que en un momento tan decisivo lo nuestro, lo de todas, siguiera adelante. Y a partir de ahí cada una hemos ido aportando nuestro granito para que el Guetto traspase la amistad y se convierta en una pequeña familia. Empezamos siendo 6, se amplió con nuestros 6 respectivos y ahora ya somos 19 y con dos más en camino. Y casi seguro que no queda así la cosa.