Un merecido rockumental a una de las grandes usinas del rock nacional como lo es la Ciudad de la Plata. El documental hace un recorrido desde la época post-dictadura hasta mediados de década de los noventas con el surgimiento de ese Nuevo Rock Argentino con los Peligrosos Gorriones y Peregrinos (hoy Estelares) como abanderados. Los realizadores hicieron la oportuna aclaración respecto de la duración, 1 hora y 40 minutos es un tiempo extenso para un documental de rock, que a pesar de estar justificado por la riqueza de la movida cultural de la época y la cantidad de bandas que hubo, continúa pareciendo largo para el espectador.
El trabajo no olvida los grandes géneros y artistas de la época, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Virus, y también muchas bandas de hard rock, heavy metal y punk que tocaban en el circuito de la ciudad, pero que nunca lograron plasmar su arte en formato material por lo costoso que era grabar en esos tiempos. Un testimonio valioso para los nostálgicos de esa época, para los melómanos interesados en conocer bandas nuevas y aquellos que aman la cultura rockera en general.
La virtud que puedo encontrar, y que podría haber sido un tema de discusión interno también, es el espacio que adquieren las dos bandas más grandes, Virus y Los Redondos, que a pesar de requerir un espacio casi obligatorio, puede quedar corto para los más fanáticos o demasiado largo para el objetivo central del documental. A mí criterio, se resolvió bien, porque se centra exclusivamente en la relación de las bandas con la ciudad, y no tanto en la mística que generaron dentro del rock nacional y su consecuente influencia. El tiempo que ocupan ambos es correcto, ya que ninguno de los dos gigantes se come a Pequeña Babilonia, que termina siendo lo suficientemente abarcativo, con testimonios muy variados, tanto de periodistas reconocidos, musicos y un gran trabajo de campo para entender muy bien esos tiempos y remarcar la particularidad de las bandas platenses respecto a las del resto del país.
Lo negativo fue el acompañamiento musical, a pesar de ser un trabajo sobre la movida cultural y remarcar lo difícil que era para esas bandas grabar, no había demasiado material de las bandas desconocidas para enamorar a esos espectadores potencialmente interesados. En ese sentido, pareció ser más un documental más para propios que para extraños, pero también se entiende que inclusive al día de hoy es muy difícil encontrar registros de bandas under de los ochentas en buen estado. Sin embargo, mi sensación como fan de Peligrosos Gorriones (por lo menos, de mi parte) es que se repetían temas en muchos casos.
Más allá de las observaciones, se trata de un buen trabajo para disfrutar y deleitarse con la rica ebullición que tuvo el rock en los años post-dictadura, cuya influencia continúa despertando interés a los nostálgicos, sobre todo en otros trabajos que se pudieron ver en el 29no festival internacional de cine de Mar del Plata como “Relampago en la oscuridad” o “Desacato a la Autoridad”
2014-11-29 Germán Morales