Durante el pasado mes de enero, el número de visitantes únicos a Internet en España superó la barrera de los 37 millones. Cada usuario consumió, de media, 2 horas diarias de internet. Según ciertas investigaciones neurocientíficas, esto se rige por una serie de patrones y reacciones relacionadas con la atención, emoción y memoria.
Para diseñar una buena experiencia de usuario, es importante entender los procesos mentales a los que se tiene que enfrentar el usuario. En este sentido, desde Liferay, han compartido 3 principios básicos de la psicología que son fundamentales para lograr que el usuario tenga una sensación más positiva. Veamos cuales son.
Lo obvio puede pasar desapercibido
La conocida ley del «focal point» establece que cualquier cosa que destaque visualmente captará y mantendrá la atención del espectador. Esto puede ser utilizado a nuestro favor en las plataformas digitales para dirigir los pasos de los usuarios y crear experiencias fluidas y satisfactorias. Es indiscutible que colores, tamaños y distribución de elementos en la página han de estar diseñados de forma clara, coherente e intuitiva, pero si no se tiene en cuenta que la “atención es selectiva” de nada servirá. La psicología y diversas investigaciones científicas sobre la atención (como la realizada por el investigador Daniel Simons a miles de usuarios) revelan que cuando nuestra atención se focaliza en una tarea o acción el resto de elementos, por muy evidentes que sean, pasarán desapercibidos. “Para lograr una experiencia digital óptima es necesario ir más allá de un diseño correcto. Más allá incluso de conocer a nuestro usuario. Tenemos que comprender cómo funcionan los procesos de la atención en el cerebro y trabajar con ello para conseguir buenas experiencias de interacción», destaca Miriam Manso, Investigadora de Diseño de Liferay.
Sólo vemos aquello que nuestro cerebro reconoce
La psicología también nos ha permitido entender que el comportamiento de los usuarios se basa siempre en los modelos mentales adquiridos. Se pueden definir como los esquemas, principios o percepciones que todas las personas utilizamos de forma consistente para tomar decisiones. Cualquier sitio web o aplicación debe de estar diseñada para que los usuarios “reconozcan” aquello que ya conocen y sepan cómo utilizarlo, por lo que los diseñadores deben usar técnicas específicas y una organización coherente acorde a las estructuras mentales de los tipos de usuarios a los que se dirigen. “Se buscará un diseño eficiente y específicamente definido para el perfil del usuario al que nos dirigimos; cada vez que tengamos que incluir un elemento nuevo, por ejemplo, tendremos que ayudar a que el usuario lo identifique y comprenda, prestar atención a las posibles interferencias con otros elementos necesarios en la acción y tener en cuenta sus experiencias previas y modelos preestablecidos”.
Si nos sentimos incapaces, abandonaremos
Desgraciadamente, con una mayor frecuencia de la deseada la experiencia del usuario puede verse comprometida hasta llegar al estado conocido como “Indefensión aprendida”. Se trata de un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona se siente incapaz de cambiar determinada situación a través de su conducta. Aplicado a la interacción con un sitio web o app esto se traduce en que el usuario siente ‘impotencia’, ya que percibe que su actuación frente a la interfaz no influye en el resultado obtenido. “Las oportunidades de cambiar están ahí, y pueden existir múltiples opciones para lograr los objetivos, pero sencillamente el usuario es incapaz de encontrarlas”, subraya Miriam Manso. “Llevar al usuario a un estado de indefensión aprendida es lo opuesto a una buena experiencia de usuario; el usuario se sentirá completamente frustrado y se hallará en un estado de bloqueo que debemos evitar”.
Hoy en día, lograr que los usuarios obtengan una experiencia digital mejorada es fundamental para todo tipo de negocios. Las investigaciones relacionadas con la psicología y nuevas disciplinas como el neuromarketing cobran cada vez más protagonismo y es importante que los expertos en diseño y programación estén al tanto de todos los avances, aplicando estos nuevos conocimientos para lograr experiencias más fluidas y satisfactorias.