3 creencias que te impiden ganar mucho más dinero

    “Hablando 5 minutos con una persona puedo predecir su futuro financiero”. La primera vez que escuché a T. Harv Eker decir eso fue en Barcelona. Pensé que exageraba. Pero ahora sé a qué se refiere.  

El otro día en una conversación casual una persona dijo que las personas que tienen mucho dinero no lo pueden haber ganado honradamente y que le parecía inmoral que ciertas personas ganaran tanto dinero cuando hay niños pasando hambre. Y luego pasó a quejarse de lo poco que le paga su jefe y de lo que le cuesta llegar a fin de mes.  

A lo tonto, en apenas 15 segundos esa persona acababa de soltar 3 grandes creencias que, sin darse cuenta, le están impidiendo ganar más dinero del que gana ahora. Y ya no hablemos de hacerse rico. A saber: Los ricos no son honrados. Ganar mucho dinero es inmoral. Si una persona gana mucho dinero está impidiendo que otras lo ganen. Esto significa que en el fondo esa persona piensa que: Sólo podría ganar mucho dinero engañando o robando. Si ganara mucho dinero sería una mala persona. Si ganara mucho dinero se lo estaría quitando a los niños necesitados.

  ¡Uf! ¡Cuánta presión! No me extraña que no llegue a fin de mes.  

Tal y como explica el mismo Harv Eker en su libro Los Secretos de la Mente Millonaria (y también otros autores) tus pensamientos determinan tus emociones, tus emociones determinan tus acciones y tus acciones, tus resultados.   Una persona que piensa así nunca será capaz de hacer nada que le genere grandes ingresos. Cuando le pongan enfrente una buena oportunidad pensará que hay gato encerrado, que debe de haber algún engaño. Y si alguna vez intenta poner en marcha algún negocio, sin darse cuenta, se saboteará a ella misma y acabará perdiéndolo todo para quedarse como al principio. Siempre buscamos que nuestra realidad se ajuste a lo que creemos que es cierto.

  Todos estamos programados a nivel inconsciente para tener un cierto nivel de ingresos. Si ganamos más, de un modo u otro, lo acabamos perdiendo para volver a nuestro nivel de “normalidad”. Esto es lo que sucede con los ganadores de la lotería que se hacen ricos de la noche a la mañana y al cabo de 5 años están igual que antes de conseguir el premio. Un rico, cuando recibe una gran cantidad de dinero, piensa en cómo invertirlo. Una persona que no tiene mentalidad próspera piensa en cómo gastarlo. ¡Y lo gasta!  

Pero esta programación se puede modificar a voluntad. Para ello el primer paso es darte cuenta de cuáles son esas creencias que te limitan y luego darles la vuelta, reinterpretar las situaciones.   Así que la clave para aumentar exponencialmente tus ingresos no está en estrategias externas, sino en tu mentalidad. De ahí parte todo. Cuando cambias tus pensamientos, cambias tus resultados.

  ¿Qué creencias tiene una persona rica acerca del dinero?  Se puede ganar mucho dinero ayudando a los demás. Cuantas más personas ayudes, más dinero ganarás. Cuanto mejor les vaya a ellos, mejor te irá a ti. Hay personas honradas y personas que no los son en todas partes, no depende de su profesión ni del dinero que ganen. Ganar dinero es bueno. Te permite llevar una buena vida a ti y a tu familia. Y también te permite dárselo a personas que lo necesitan y no tienen recursos. Si sólo ganas lo justo para vivir, nunca podrás dar grandes sumas a buenas causas. Que tú tengas más no implica que otro tenga menos, no son vasos comunicantes. Que otros tengan pocos recursos no depende de que tú ganes mucho dinero con tu negocio honradamente. Son cosas independientes. No tienen relación.

  ¿Has pensado alguna vez algunas de las cosas que he mencionado más arriba o algo parecido?   El ejercicio que te propongo hoy es que escribas qué crees tú sobre el dinero y sobre los ricos y que busques formas de darle la vuelta, como en los tres ejemplos que te he puesto.    

Sandra Llinares es fundadora de la EscuelaEmprenderConExito.com y creadora del “Sistema Más y Mejores Clientes”, el método en 10 pasos con el que ayuda a profesionales independientes a llenar sus agendas en tiempo récord con el tipo de clientes que les gustan y que les pagan lo que se merecen, para que puedan vivir la vida que quieren haciendo el trabajo que les apasiona.