Sólo en España acuden a las estaciones de esquí alrededor de 6 millones de personas por año, y no obstante, el 76% de ellas (más de cuatro millones y medio) afirman que no conocen el tipo de filtro óptico de sus gafas protectoras, que como ya sabemos resultan imprescindibles para proteger a los ojos del sol.
Así lo ha revelado el último estudio del Instituto Federópticos y Fundación Visión COI, realizado en una muestra de varias miles de personas, de las cuales más del 80 por ciento admitieron ser conscientes de los efectos perjudiciales por no llevar un filtro adecuado.
Recordemos que los daños oculares se acumulan con el paso del tiempo y en ocasiones no se presentan hasta pasados unos años de la exposición solar en la nieve, circunstancia que provoca que los rayos ultravioleta se reflejen hasta en un 80% más.
Los análisis han detallado que un 3 de cada 10 encuestados utilizan gafas de ventisca con nivel 2 de protección, índice que se considera insuficiente para un día soleado. Mientras, la mayoría de sujetos usan gafas de sol con protección contra rayos UV, pero sólo un 25 por ciento de las lentes disponen de protección frente a radiaciones infrarrojas.
Además, el cuestionario demostró que de los esquiadores que llevan gafas en su vida normal, cerca de la mitad las abandonan al subirse a los esquís. De los que sí llevaban sus aparatos oculares habituales, un 70% optaba por utilizar lentillas, un 12 por ciento gafas de sol graduadas y el 18% restante prefería llevar las gafas normales dentro de las de ventisca.
Para Xavier Vivas, presidente de Instituto Federópticos, los practicantes de esquí no se encuentran suficientemente informados acerca de los riesgos oculares a que se ven expuestos, y propone como solución que “consulten a un profesional sus dudas acerca de la protección más adecuada”.