Que me gustan mucho los cacharritos electrónicos no es ninguna novedad. ¡Y tengo tantas razones para ello que no sabría ni por dónde empezar! Si tuviera que quedarme con un motivo, hoy por hoy creo que sería porque facilitan mucho mi día a día.
Por eso quería escribir sobre aquellos gadgets que hacen mi maternidad más fácil. Porque cuando algo consigue quitarte gran parte del trabajo más tedioso, te deja más tiempo libre y te permite centrarte en otras cosas, es para quererlo mucho, ¿no os parece?
3 gadgets que facilitan mi maternidad
El robot aspirador Roomba
Limpito ha sido el último llegar pero se ha ganado nuestro cariño en un abrir y cerrar de ojos.
Ya os conté todas sus ventajas en el post en el que reseñaba nuestro modelo, la Roomba 896. Cada día estoy más contenta con ella y me parece un modelo estupendo, con una relación calidad/precio excelente.
¿Por qué no pusimos una Roomba en nuestra vida años atrás? ¡Todavía no me lo explico!
Es un robot aspirador de diez: un pequeño gadget que por donde pasa no deja una mota de polvo o pelo de animal y que solito se recorre la casa y vuelve a su base de carga cuando termina. ¿Se le podría pedir algo más? Bueno, se le podría pedir que su depósito se vaciara solito, pero no veo cómo
No soy una adicta a la limpieza, ni mucho menos, pero sí que soy estricta con las que considero tareas básicas. Que, en mi caso, suelen ser las más aburridas, las menos agradecidas y las que se llevan más tiempo.
Así que, sin duda alguna, la Roomba es la mayor ayuda que tenemos en casa ahora mismo. Para mi tener el suelo limpio es de las cosas más importantes que valoro en casa porque los niños juegan mucho en el suelo y si no está limpio es inevitable que tanto su ropa como los juguetes acaben llenos de pelos. Como ya os conté, tener mascotas y niños y al mismo tiempo tener la casa limpia es posible, y desde que tenemos una Roomba, es muchísimo más fácil. Es más, desde que tenemos a Limpito toda la casa está más limpia, porque al estar el suelo más limpio, también lo están los muebles.
En todas estas semanas en las que estoy teniendo que hacer reposo, he pensado mil veces en cómo estaría la casa si no tuviéramos este robot aspirador. ¡Correrían las pelusas como en el Oeste! La veo ir haciendo su trabajo sin que los demás tengamos que mover un dedo y pienso ¡qué pasada! Es que ni me tengo que levantar del sofá para ponerlo en marcha, desde la App que tengo instalada en el móvil lo pongo en marcha y listo.
En resumen, la Roomba es una gran ayuda en mi maternidad porque deja el suelo impecable ella solita, incluso si no estamos en casa. Ahorra tiempo, ahorra esfuerzo, ahorra frustración porque consigue un resultado impecable, y todo eso que me ahorro lo invierto en mi familia y en mi misma.
¿Os hago una confesión? Ahora estoy investigando los robots que friegan. De hecho, me hacen los ojos chirivitas con los modelos Bravaa de iRobot. ¡Sería la bomba tener un robot que tras haber aspirado el suelo la Roomba, hiciera el mismo camino y me dejara el suelo brillante!
La Thermomix
La pobre ha perdido el número uno en el podio tras la llegada de Limpito a casa, ¡pero nos sigue pareciendo maravillosa!
No me extraña nada que la mayoría de las personas que asisten a una demostración de Thermomix acaben comprándola. Porque realmente parece magia todo lo que es capaz de hacer.
¿Es un cacharro caro? Sí, sí que lo es. Bueno, relativamente. Creo que las cosas no son caras o baratas en si mismas sino en relación con el uso que les damos y el beneficio que obtenemos.
En nuestra casa la Thermomix se utiliza prácticamente a diario, muchos días para hacer dos platos, incluso tres. Podríamos cocinar sin ella, claro que sí, pero hay muchos platos que directamente no podríamos hacer o los haríamos mucho peor (por ejemplo, el salmorejo, las natillas, el arroz con leche o la repostería). Mancharíamos mucho más, tardaríamos más y en muchos casos el resultado no sería tan bueno. Sin duda alguna, sin la Thermomix comeríamos menos variedad porque hay platos complicados que con ella son sencillos y no manchas nada mientras que si los hicieras de la forma tradicional perderías la mañana entera y pondrías la cocina perdida.
Otra razón que a mi me parece fundamental es que no tienes que estar pendiente de la comida. Obviamente tienes que ir añadiendo ingredientes y seguir unos pasos, pero mientras tanto tú estás haciendo lo que te parezca. Esto, cuando tienes hijos, me parece básico. La comida se hace sola con una mínima intervención por tu parte, no se pega, no se quema, queda siempre en su punto y tu mientras tanto puedes estar jugando, dando teta, recogiendo o leyendo.
Dicho de otro modo, la Thermomix es una ayuda en mi maternidad porque me permite cocinar más y mejor, manchando mucho menos y sin tener que estar pendiente.
Mi smartphone
Os voy a confesar uno de esos yo nunca con los que me colé completamente. Cuando empezaron a salir al mercado los primeros móviles con Internet, yo alucinaba. Recuerdo que muchas veces le decía a mi marido: ¿Para qué querría alguien tener Internet en el móvil? Si, además, no hay quien lea nada en esas pantallas tan pequeñas…
Pero fue pasando el tiempo y lo que en un principio me parecía absurdo, comenzó a parecerme interesante. Por aquel entonces el blog empezaba a recibir muchos comentarios, también acumulaba notificaciones de Twitter y decenas de mails, así que cuando llegaba a casa a menudo me encontraba cierto atasco. Aquello de tener Internet en el móvil ya no me parecía tan ridículo, podría incluso ser útil. Así que una Navidad Papá Noel me trajo una Blackberry.
Aunque ahora hayan caído en el olvido, creo que fuimos muchos los que nos enamoramos de nuestras Blackberrys. El teclado era genial, el desplazamiento con el pulgar molaba, no ocupaba nada, no pesaba y, francamente, era de mucha utilidad. Creo que nunca navegué con ella por Internet, la pantalla no daba para ello ni la conexión a Internet tampoco, aunque lo cierto es que en aquella época no me pareció realmente necesario. Pero la usé muchísimo para recibir y contestar mails y para manejar Twitter.
Tanto me gustaba y tanto la utilizaba que en la Navidad que pasé embarazada del Pequeño, Papá Noel me trajo un iPhone. Si la Blackberry fue un gran salto, el iPhone fue toda una revolución. Jamás pensé que tener Internet en el móvil, y una buena cámara, pudiera llegar a ser tan útil. Seis años y pico después aún me maravillo con la cantidad de cosas que se pueden hacer con un smartphone en la mano. Cosas útiles, que realmente mejoran nuestra calidad de vida.
Alguna vez he llegado a decir que el iPhone en cierto modo es como una prolongación de mi. Porque son horas y horas las que me ha acompañado y las que me ha ayudado. Por ejemplo, durante las larguísimas horas de lactancia que pasé con el Peque, gracias al móvil podía leer noticias, revisar las redes sociales o incluso escribir posts para el blog… en definitiva, asomarme al mundo aunque yo no saliera del casa.
Hace poco he descubierto que se pueden leer libros desde el móvil, ya sea a través de la aplicación de Kindle para Apple (que me gusta incluso más que usar un lector de ebooks ya que me permite ver el libro a color y llevarlo siempre conmigo) o a través de la aplicación eBiblio, a la que estoy realmente enganchada ya que permite tomar libros prestados de la biblioteca ¡sin tener que desplazarte!
Los días que estuve ingresada en el hospital por amenaza de parto prematuro, el móvil me permitió estar comunicada y entretenida. Desde el móvil podía ver la tele, ver series en Netflix (de hecho allí terminé de ver “Por 13 razones”) y leer lo que quisiera. En casa igual, en todas estas semanas que llevo de reposo, tener el iPhone en la mano me permite acceder a un millón de cosas sin tener que levantarme del sofá.
En fin, no tengo duda de que mi smartphone es una gran ayuda en mi maternidad porque me permite hacer un millón de cosas con total comodidad y desde cualquier lugar. Desde consultar dudas que tengo sobre los peques (por ejemplo, la dosis de paracetamol que darles), ayudarme con los deberes de Mayor (porque a menudo ni yo conozco las respuestas de social o natural), comunicarme, informarme, pedir comida a domicilio, consultar las cuentas bancarias y realizar operaciones, leer, ver series, comprar online (ya sabéis que en esto tengo un master), hacer vídeos caseros con fotos nuestras, poner la Roomba en funcionamiento (incluso si estoy fuera de casa), consultar la previsión meteorológica… Y es una ayuda que crece con los años, porque los móviles son capaces cada vez de más cosas.
Ahora cuéntame tú, ¿te consideras una mamá tecnológica? ¿Cuál es el gadget que más te ayuda en tu maternidad?
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