Hay hábitos que matan la productividad. Y todos los hacemos sin darnos cuenta. Pero son nocivos y nos impiden mejorar y progresar. Por eso conviene identificarlos y eliminarlos cuanto antes. Eche un vistazo a estos tres hábitos destructivos que afectan directamente su nivel de productividad, y a las recomendaciones sobre cómo contrarrestarlos.
Hábitos que matan la productividad
1.- Por amor de Dios, no se salte un descanso
Ponga un recordatorio en su calendario, no lo ignore. Cuando llegue el momento, párese, camine alrededor de la oficina o dé un paseo afuera y respire aire puro. Haga una rápida tanda de saltitos, mueva el cuerpo, para asegurarse de que la sangre vuelva a fluir. Considere almorzar o merendar, y consuma una de esas súper comidas que ayudan a sostener un cerebro activo, productivo y saludable. Si lo hace, su cabeza estará más clara, permitiéndole a su cerebro volver a la resolución de problemas creativos. Además, un descanso rápido para meditar también puede disminuir su estrés, devolviéndole una sensación de paz y propósito, creando una actitud alegre. No descansar produce embotamiento y merma el rendimiento. No por dedicarle más tiempo al trabajo se consiguen más resultados.
2.- Diga adiós a las multitareas
Este puede ser el hábito más destructivo. La multitarea se iguala a un trabajo mediocre, incluyendo un alto porcentaje de errores. Si usted está dividiendo su punto focal entre tareas, fragmentos de ese foco se están dirigiendo hacia cada una de ellas, pero la mayor parte de su atención va hacia el verdadero acto de cambiar de tarea, perdiendo potencialmente un 40% de su productividad. Para combatirlo, existe la técnica de Pomodoro, creada por Francesco Cirillo en los 80, que se centra en utilizar bloques de tiempo de 25 minutos para enfocarse en una sola actividad, tomando un pequeño descanso después de cada bloque y uno más largo después de cuatro bloques de tiempo. La clave es la priorización de tareas, colocando las más vitales en la lista en la parte más temprana del día. Empezará a sentirse excepcionalmente enfocado, completando dos tareas extras cada día.
3.- Aprenda a decir NO
Nos gusta ser vistos con el deseo de ayudar y ser los primeros en ofrecernos para colaborar (es lo que se llama deseabilidad social). Además, algunos tienen la impresión de que al ser vistos por sus jefes como un " Yes Man" (un pelota) se aseguran un ascenso. Y con la economía actual, tememos poder ser despedidos si usamos la temida palabra "no". Pero decir siempre que sí puede tener consecuencias muy negativas. Usted se sobrecarga y termina sacrificando calidad por cantidad, y pareciendo incapaz. " No" es una respuesta aceptable. Trate de incluir una razón y una posible sugerencia alternativa.
Es justificable decir: estoy con una fecha tope de entrega, pero tengo tiempo libre para ayudarte mañana. Si su jefe le pide que asuma un proyecto adicional, comparta con él que usted se sentiría mejor terminando la tarea que está realizando actualmente antes de empezar este nuevo trabajo. Esté preparado para que su respuesta sea también no, y si fuera así, pídale que se siente con usted y reevalúe el orden de prioridades.
Estos son los tres hábitos que matan la productividad y que es necesario desterrar de nuestro repertorio conductual de inmediato.