No es tan dificil como parece, pero dependiendo de cómo se las encaren, pueden ser la mejor o la peor época del año.
Las vacaciones nos ponen entre la espada y la pared, nos obliga a preguntarnos cosas como ¿Qué voy a hacer con mi tiempo? ¿Estudio? ¿Descanso? ¿Cuándo comienzo de nuevo?
¡No hay que preocuparse demasiado! Lo principal es que nuestro período de vacaciones pase por tres etapas: desconexión, descanso y reconexión.
La primera funciona como un cable a tierra, el paso a paso de la rutina a las vacaciones.
Luego llega la etapa del descanso, en la que lo ideal sería olvidarnos de todo (o casi todo) para disfrutar de un tiempo libre que antes no teníamos.
Finalmente, debemos dedicar las últimas semanas a un proceso de reconexión, para que el cambio de las vacaciones a la rutina no sea rotundo ni estresante.
3 ideas para unas vacaciones ideales
1. Volvé a planificar tu rutina
Tomate unos minutos para replantearte qué hacer con tu tiempo. Es lógico que queden muchas horas libre y organizarlas es la mejor opción para evitar el ocio excesivo. Pensá en actividades nuevas que no hiciste durante el año y agregá horas de descanso.
Esto es fundamental porque sólo así vas a poder evitar el estrés que representa dejar de hacer todo lo que venías haciendo, de forma abrupta.
2. Hacé cursos de verano
No desaproveches tu tiempo. Tu formación académica o personal es importante. Aprendé un oficio, hacé un curso de fotografía, música o informática. Es una forma de evitar el aburrimiento y mantener la mente activa.
La mayoría de estas propuestas son gratuitas o cuestan poca plata. Las delegaciones municipales, centros culturales, sociedades de fomento o escuelas suelen ser los espacios donde habitualmente se desarrollan.
Los cursos de carácter intensivo no son recomendables, salvo que sean una necesidad, porque nos obligan a comenzar el año mucho antes de lo previsto y no harán más que ocasionar un desgaste que, si se puede evitar, haría más productivo (y saludable) nuestro próximo año.
3. Cambiá de ambiente y aprovechá el tiempo
No te quedes en tu casa ni duermas todo el día. Pequeños hábitos son los que hacen la diferencia. Dormir más horas de la cuenta, quedarse despiertos hasta tarde, usar la computadora todo el día o no salir de casa son contraproducentes.
Lo idea sería dormir alrededor de 8 horas, levantarse a media mañana, organizar salidas con amigos o actividades al aire libre. Esto te va a permitir descansar y no caer en el ocio.