Querer perder los kilos engordados durante la Navidad no implica seguir cualquier régimen. Eso no va a funcionar
FUENTE: VOGUE ESPAÑA
8 de enero de 2019
Ana Morales — @anamorales_rom — Enero, vuelta a la rutina, algunos kilos de más y deseos (a veces irrefrenables) de volver a entrar en esos vaqueros que en noviembre podías ponerte sin tener que tumbarte en la cama y que ahora ni te planteas enfundarte. ¿Resultado de esta explosiva combinación de factores? 1) Ser sensata y acudir a un nutricionista que te ayude a perder esos kilos ganados. 2) No ser tan sensata y poner en práctica la dieta que tan bien ha funcionado a tu amiga, creyendo firmemente que si ha ella le ha ido bien, a ti también. Si ya tienes cita con un nutricionista o endocrino, no necesitas seguir leyendo este artículo (lo estás haciendo bien, muy bien). Pero si la falta de tiempo (o cualquier otro factor) te ha llevado a colgar en la puerta de la nevera la dieta con la que tu amiga se quitó los 3 kilos que ganó en verano, necesitas seguir leyendo esto. Porque por mucho que haya dietas con nombres y apellidos que prometan hacerte compensar los excesos navideños, la realidad es que esa dieta puede no ser para ti. Es una de las primeras cosas que aprendí cuando empecé a escribir de belleza y le pedí a un endocrino una dieta de adelgazamiento para publicar en un artículo. “Es una irresponsabilidad publicar dietas de adelgazamiento porque no todas funcionan a todo el mundo. Para que una dieta funcione hay que tener en cuenta muchos factores y es fundamental que la prescriba un experto que analice todos los condicionantes personales”, me contestó tajante. (Por supuesto, aprendí la lección).
Porque es muy probable que estés a punto de empezar la dieta de tu amiga –o en su defecto alguna de las muchas que pueblan internet con promesas de eficacia en poco tiempo–, he aquí tres motivos para que no lo hagas:
1) Influye el hecho de haber hecho dieta anteriormente
La elección de una dieta u otra está determinada por factores obvios como el sexo, la edad o el peso del que partimos. Pero eso no significa que puedas seguir la dieta de tu amiga porque todas estas circunstancias sean similares. Tal y como nos explicó la nutricionista Leticia B. Carrera, “a la hora de recomendar una dieta es importante saber si el paciente ha estado a dieta anteriormente y si ha tenido éxito”. Es fundamental el papel del nutricionista en este sentido, porque conociendo tus hábitos alimenticios y las dietas que has seguido anteriormente, podrá prescribirte una que de verdad sea efectiva en tu caso. Es más, el hecho de haber hecho demasiadas hechas sin control (o muy restrictivas) condiciona la pérdida de peso, incluso puede frenarla, ya que hemos sometido a nuestro organismo a una restricción alimentaria que afecta al metabolismo basal. “Es lo que comúnmente se denomina síndrome del camello. Cuando el cuerpo percibe que no tiene suficiente gasolina, la poca que le damos, aunque sea muy poca, se la guarda en forma de reserva por si la necesita en un futuro. Como ocurre con el camello en el desierto, cuando encuentra agua se la guarda en su reserva”, explican desde el equipo de nutrición de Tacha. Por tanto, es fundamental que el nutricionista tenga en cuenta todo este historial y pueda prescibir la dieta que te haga perder peso de forma efectiva y saludable.
2) No todo el mundo engorda igual
Y, por tanto, tampoco adelgaza igual. Así lo explica la doctora Mercedes Carandini en su libro Averigua por qué engordas.. y adelgazarás cuanto desees. “La única forma de perder los kilos que sobran es investigando las distintas circunstancias que propician la ganancia de peso”, dice. La experta habla de una rectificación alimentaria y progresiva que tenga en cuenta todos los factores que influyen en nuestro peso: estado de salud, profesión, actividad física e intelectual, equilibrio emocional, fármacos, adicciones, hábitos alimentarios, desordenes metabólicos y hormonales, procesos de digestión, posibles desequilibrios en la glucemia…
3) La importancia de la genética
Aunque tu amiga tenga tu misma edad, pese lo mismo que tú, tengáis un peso parecido y una situación fisiológica y hormonal similar (el posparto y la lactancia también influyen en el aumento de peso), al proponerte seguir su dieta estás pasando por alto otro factor determinante: la genética: “Se ha estudiado la relación del aumento de peso con varios genes implicados en la síntesis de hormonas que participan en el mecanismos de la saciedad. La genética también influye en el apetito, porque está supeditado a la respuesta metabólica de la insulina, a los neurotransmisores, al cortisol, etc., así como en los gustos y hábitos heredados de nuestros ancestros“, explica la doctora Carandini en su libro.
Por tanto, parece que seguir cualquier dieta sin prescripción médica no es una buena idea. Recuerda que, no solo puede no ser efectiva, sino que puede provocar un efecto rebote en tu organismo. Además, necesitas que un experto tenga en cuenta tus motivaciones para fijarte una dieta realista con un principio y un final. Tal y como nos recuerda la psiconutricionista Itziar Digón, “una dieta basasda en la pérdida de peso tiene que tener un principio y un final. Es imposible comer a dieta de por vida porque las dietas no permiten la función de disfrute y confort de la comida y en algún momento el paciente la necesitará”.