3 Ninjas al rescate: cine hecho a las patadas

Regresando a casa en el odioso colectivo 24, quedé varada en medio de la calle Corrientes, a la altura del Abasto, y vi el poster promocional de la nueva Karate Kid. Ya hace rato que esa película me genera sensaciones encontradas. ¿Es justo llamarla “remake”? ¿Es justo que se llame Karate Kid cuando Jackie Chan nunca hizo karate? ¿Es justo que esa peli exista? Da igual, digamos que esta “Karate Kid 1.2″ es una remake a medias y, si le va bien, podemos estar ante un resurgimiento de aquel cine de artes marciales para la tarde del sábado de Telefé.

Eso me llevó a pensar, no en la gloriosa Karate Kid original, sino en esas películas de niños expertos en artes marciales que se realizaron en una suerte de empresa fordista de productos cinematográficos. No tardé en recordar, entonces, al ejemplo más estirado de todo este sub sub sub sub género: 3 Ninjas.

Si Claudio Villaruel habrá llenado más de un bache de la programación con este comodín noventoso!! Y así comienza, amigos, mi breve homenaje a estos tres hermanitos, que, en sus diferentes encarnaciones, desbarataban grupos de ninjas a puño limpio. Olviden todo lo que aprendieron sobre el verosímil cinematográfico, diviértanse y empecemos.

La franquicia “3 Ninjas”, llamadas igual en su título original norteamericano, comenzaron en 1992 con la más famosa y decente de ellas. Dirigida por Jon Turteltaub (director también de las dos National Treasure), esta primera entrega presentaba a los tres hermanitos Samuel, Jeffery y Michael, quienes año a año visitaban a su abuelo, un ninja experto llamado Mori Tanaka de quien no habían heredado ningún rasgo oriental, pero sí el amor por las artes marciales.

El abuelo, interpretado por el histórico Victor Wong, entrenaba durante el verano a sus nietos, que pasaban a llamarse por sus apodos: Rocky, Colt y Tum Tum. Lo que comenzaba como una visita familiar, rápidamente se convertiría en una aventura contra un grupo de ninjas malvados. ¿Algo más haría falta para un sábado con Cindor?

Dado que 3 Ninjas parecía tener todos los alocados elementos que el cine infantil de la época requería, no tardaron en aparecer las secuelas, que básicamente repetían la historia, pero cambiando a algunos de los actores que hacían de los chicos (quienes película a película iban creciendo) y también se modificaba el escenario en que transcurría la reiterada historia. Dicho sea de paso, tuvo su videojuego de Super Nintendo, como no podía ser de otro modo.

En total tuvo tres secuelas, que según el país o el esmero de la persona encagada de anunciarlas en la TV cambian de título, pero sus nombres originales serían:

• 3 Ninjas Kick Back (1994)
• 3 Ninjas Knuckle Up (1995)
• 3 Ninjas: High Noon at Mega Mountain (1998)

El único actor que se mantuvo a lo largo de toda la saga (y que, literalmente, murió con ella), fue el bueno de Wong en el papel del abuelo símil Señor Miyagui.

Una película típica de la década del 90, se podría decir, ya que nunca salió de esa década.

¿Qué habrá sido de los primeros 3 Ninjas, se preguntarán? Michael Treanor, que interpretaba al mayor (Rocky), abandonó la actuación y hoy es cinturón negro. Se sigue dedicando a las artes marciales y según la santa IMDB nunca se lo vio en otra película que no fuera de los 3 Ninjas.

Max Elliot Slade, el hermano del medio (Colt), participó en tres de las cuatro películas de la saga, pero no volvió a filmar otra cosa. El mismo año que filmó la última de los Ninjas, tuvo un papel en Apollo 13. Actualmente es antropólogo y toca la guitarra en una banda llamada Haden.

Por el lado del entonces pequeño Chad Power (Tum Tum) la historia es similar. El mismo año que dejó la saga, en 1995, participó en un capítulo de ER Emergencias y en otro de Step By Step y luego, se retiró para siempre.

Que la Fuerza los acompañe!

=Malena=