Por Marc Chernoff
Ángel y yo hemos lidiado con nuestra justa parte de adversidad también (perdidos hermanos y mejores amigos, la crisis financiera y empresarial, etc.) y hemos escrito mucho sobre ello en los últimos años.
Pero hoy, permíteme recordarte algunos claros signos de que estarás bien, incluso si no te sientes bien ahora mismo...
1. Ahora mismo todo está cambiando de nuevo, nada es seguro, y eres libre.
Todo en la vida es temporario. Nada dura para siempre. Cada momento nos da un nuevo comienzo y un nuevo final. Literalmente, obtenemos una segunda oportunidad cada segundo.
Cada vez que llueve, deja de llover. Todo lo que sube vuelve a bajar. Después de la oscuridad siempre hay luz; se nos recuerda esto cada mañana, pero de alguna manera no lo vemos.
La gente de todo el mundo está contando su única-historia desgarradora, acerca de cómo toda su vida se ha convertido en un ejercicio de lidiar con un acontecimiento injusto del pasado. Cada oportunidad presente que tienen es quemada en una hoguera para alimentar una obsesión ardiente con algo que no puede ser cambiado. La clave está en darte cuenta de que TÚ no tienes que ser una de estas personas.
Eres un producto de tu pasado, pero no tienes que ser prisionero de él. Te conviertes en un prisionero cuando te aferras a lo que ya no existe. Así que recuerda que si eres lo suficientemente valiente como para decir adiós, la vida te recompensará con un nuevo hola. Puede ser difícil, pero PUEDES dejarlo ir... y en cierta medida, debes.
Tienes que dejar ir y aceptar la sensación de no saber exactamente a dónde vas a continuación, y entrenarte para amar y apreciar esta libertad. Porque es sólo cuando estás suspendido en el aire, sin destino a la vista, que obligas a tus alas a abrirse completamente para poder volar. Y a medida que avanzas, seguirás sin saber a dónde estás viajando. Pero eso no es lo importante. Lo importante es abrir tus alas. Puede que no sepas a dónde te diriges, pero sabes que mientras tus alas estén extendidas, los vientos te llevarán adelante.
2. Tienes algunas increíbles elecciones que hacer.
A menudo anhelamos sólo una pequeña gama de experiencias de vida; los buenos tiempos, las situaciones cómodas, las experiencias que nos hacen felices. Y sin embargo, la realidad con la que nos enfrentamos todos los días es muy diferente. La vida nos da una amplia gama de experiencias muy diferentes que poco a poco envuelven nuestras emociones con ira, amor, angustia, alegría, frustración, emoción, soledad y confusión... una tras otra. Todos ellas forman parte de nuestra realidad, nuestra condición humana colectiva.
La pregunta es: ¿Cómo vas a elegir responder?
Puedes rebelarte contra la injusticia de tener que lidiar con no obtener todo lo que quieres. Puedes estar enojado con el mundo por el dolor y los problemas que enfrentas. Puedes intentar resistir y negar las experiencias de tristeza, frustración, confusión, y así sucesivamente. Sólo ten en cuenta que todas estas elecciones te llevarán a un espiral de desesperación cada vez más profundo.
Una elección más efectiva, tal vez, sea abrazar plenamente la realidad y la amplia gama de experiencias de vida con las que te encuentras, tomando lo bueno con lo malo. Esto incluye todas tus emociones, todos tus altibajos, todos tus momentos felices y dolorosos, y la totalidad de todo lo que hay entre ellos. La vida no es sólo arco iris y mariposas. Es intrincada y remarcable.
Abrazar la vida de esta manera significa abrirte a posibilidades inimaginables, ser vulnerable a los cambios inesperados, ser compasivo contigo mismo cuando los tiempos sean difíciles, darte un poco de amor y bondad extra no importa lo que pase , y estar agradecido por la oportunidad de experimentarlo todo.
Significa no esperar siempre ser el ser humano perfecto que vive la vida perfecta, sino aceptar la realidad tal cual es, y aceptarte a ti mismo como eres, y entonces hacer lo mejor de ello.
3. Hay al menos un pequeño paso positivo que puedes dar ahora (porque siempre lo hay).
No construyas montañas en tu mente. No trates de conquistar el mundo de una sola vez. Cuando buscas la gratificación instantánea (arreglos grandes, rápidos) haces de la vida innecesariamente dolorosa y frustrante. Cuando eliges tratar cada momento como una oportunidad para hacer una inversión minúscula pero positiva en ti mismo, las recompensas aparecen naturalmente.
Cuando todo está roto, es fácil encontrar muchas pequeñas cosas que puedes arreglar. Cuando nada parece ir bien, incluso el esfuerzo positivo más fundamental puede hacer una diferencia significativa. Los momentos de grandes adversidades también son momentos de grandes oportunidades. Cuando hay problemas en todas las direcciones, también hay un gran valor esperando a ser creado. Cuando todo va bien, es fácil caer en una rutina de complacencia. Es fácil olvidarse de lo increíblemente capaz e ingenioso que puedes ser. Resuelve perseverar un pequeño paso a la vez.
Pequeños pasos, pequeños saltos y pequeñas correcciones (pequeños cambios repetitivos) cada día te llevarán allí.
Si deseas empezar ahora, desafíate a hacerlo. Elige un área específica de tu vida que desees mejorar, y luego...
1. Escribe los detalles específicos sobre tus circunstancias actuales. (¿Qué te molesta? ¿Qué está mal? ¿Que quieres cambiar?)
2. Escribe tu respuesta a esta pregunta: ¿Cuáles son los rituales diarios que contribuyeron a tus circunstancias actuales? (Se honesto contigo mismo. ¿Qué estás haciendo que contribuye a la situación en la que estás?)
3. Escribe los detalles específicos sobre tus circunstancias ideales. (¿Qué te haría feliz? ¿Cómo es tu situación ideal?)
4. Escribe tu respuesta a esta pregunta: ¿Cuáles son los rituales diarios que te llevarán desde donde estás hasta donde quieres estar? (Piénsalo. ¿Qué pequeños pasos diarios te ayudarán a avanzar?)
El punto es que cada momento de tu vida construye el siguiente. Este momento es el puente entre la realidad de donde estás y la visión de donde quieres estar.
De hecho, la realidad se acerca a ti cada segundo. Y lo bueno es que puedes cambiarla a medida que llega. Sólo tienes que decidir qué quieres hacer con ella. El mayor de todos los errores es no hacer nada simplemente porque sólo puedes hacer un poco en este momento.
Y otra vez, es mucho más productivo dar muchos pasos pequeños en la dirección correcta que dar un salto gigante sólo para tropezar, caer y nunca levantarte de nuevo. El camino hacia lo que más quieres en la vida requiere de un ritual de mil pequeños pasos esparcidos a lo largo del tiempo. Averigua a dónde quieres ir, da el primer paso y sigue adelante. La diligencia y la persistencia te llevarán allí.
Fuente: https://escuelapararicos.net/3-senales-estaras-bien-incluso-no-te-sientes-bien-ahora/