Revista En Femenino

3 simples tips para evitar una primera cita desastrosa:

Por Odellera

Hará un par de años decidimos hacer un viaje a Francia. Mi esposo, mi hijo y yo. Viajamos en avión y después cogimos un transfer para que nos llevara hasta la estación. Al llegar, sacamos los bocatas que habíamos preparado en casa; si íbamos a dar una vuelta por París, no podíamos hacerlo con las tripas rugiendo.

Como justo delante de la estación había una plaza, decidimos zamparnos las provisiones allí mismo. Sacamos los bocatas y nos dispusimos a hincarles el diente, pero no teníamos nada para beber.

- Voy a comprar unas botellas de agua. Dentro de la estación he visto máquinas expendedoras - dijo JM.

- ¡Vengo contigo, papá!

Y para allí que se fueron, dejándome sola en un país extranjero, comiéndome un bocata de jamón serrano. Di el primer bocado y, de reojo, vi que a alguien merodeando a mi alrededor. Como soy especialista en detectar comportamientos extraños, me saltaron todas las alarmas. Efectivamente, el tipo no tardó ni medio segundo en acercarse a saludarme con un "Bonjour", y la clara intención de entablar conversación conmigo.

Joder, ¿ahora qué coño quiere éste? No ve que estoy con la boca llena, pensé.

Me olí que la cosa iba de "ligoteo", así decidí mirarle y no responder; la forma más diplomática de decirle "anda y lárgate". Pero oye, el tío era insistente. Me preguntó si hablaba francés, en francés. Y yo le seguí mirando sin abrir boca. Me preguntó si hablaba inglés, en inglés. Y seguí sin abrir boca. Pero como no se iba, y la situación me estaba incomodando, confesé que chapurreaba algo de inglés; a ver si me decía de una vez qué coño quería y le podía enviar a paseo. Al final, el tío me explicó que era de Argelia y que estaba estudiando en París, pero que le era difícil hacer amigos ¿en serio? Por eso había salido, para conocer a gente (y de paso follar, supongo). Le dejé hablar y, cuando empezó a hacerme preguntas del tipo, cómo te llamas, seguí sin responder. Pero él erre que erre.

Al darse cuenta que mi comunicación era escasa, hizo gala de sus "poderes", aventurándose a adivinar mi nombre. Caramba, no se le daba mal. Acertó que mi nombre era ruso. ¿Casualidad? No sé. Pinta de rusa no tengo. También se acercó bastante a mi fecha de nacimiento. El mes y el día. Del año no tenía ni pajolera idea, porque con lo joven que era, dudo que sospechara que estaba intentando ligar con una mamá cuarentona. Total, que yo ya no sabía qué otras señales enviarle para que me dejara en paz, así que esperé paciente a que se llevara el chasco él solito. ¡Y vaya si se lo llevó!

Al preguntarme cuáles eran mis planes para ese día, yo, ni corta ni perezosa, le dije:

- Pues mira, tengo pensado ir a visitar la Torre Eiffel. Con mi marido y mi hijo -. y señalé con el dedo a mi marido y mi hijo, que acababan de salir de la estación y se dirigían hacia nosotros.

¡Madre mía! Nunca había visto a nadie despedirse tan rápido. ¡Ja, ja, ja! El tío se largó más deprisa que el Correcaminos.

- ¿Quién era ese? ¿Qué quería? - me preguntó JM, al llegar donde yo estaba.

- ¿Ese? Quería ligar conmigo -. le expliqué la historia por encima.

Es que no te puedo dejar sola!

Y nos echamos unas risas a costa del incauto que, por cierto, ni estaba bueno, ni ná. Eso sí, tenía más moral que el Alcoyano. Cuando nos fuimos, ya estaba "asaltando" a otra pobre chica que ponía cara de agobio. ¡Que plasta, por Dios!

¿Y por qué te cuento todo esto? Porque el post va sobre citas desastrosas. Sobre cómo la poca mollera de los tíos (y algunas veces de las tías) puede convertir cualquier encuentro, supuestamente con fines románticos, en una historia surrealista.

Hace tiempo que la historia corre por la Red. La verdad es que cuando la leí, no me lo podía creer. Hasta que vi las imágenes del incidente. Si lo que te acabo de contar del plasta de la estación te parece surrealista, lo que le pasó a esta chica no sé cómo lo vas a calificar.

Cita a través Tinder. Todo perfecto. La pareja va a cenar y después él la invita a su casa pero... OMG! La naturaleza llama a la puerta de la chica; no precisamente a la puerta que estás pensando. La pobre criatura siente la necesidad de ir a vaciar los intestinos. Y ahí que va. El problema llega cuando tira de la cadena y "eso" se queda flotando, sin desaparecer. ¿Qué puedo hacer? Piensa ella desesperada. No voy dejar la mierda aquí. ¿Qué pensará de mí? ¡Ya está! Agarro el zurullo y lo tiro por la ventana. Podría haber sido una solución, digamos... aceptable. Siempre y cuando la ventana hubiera dado al exterior. Que no era el caso.

-¡Oh, Dios mío! ¡Oh Dios mío!

La chica hiperventila. La mierda ha quedado atrapada entre la ventana y una contraventana. Y os preguntaréis ¿Quién cojones tiene una ventana doble en el baño? Y yo digo ¿A quién coño se le ocurre tirar una boñiga por la ventana? Si ya era jodido que el chico se encontrara las heces flotando en el váter, ni te cuento encontrárselas en el hueco entre las ventanas, y con una única sospechosa.

Total, que la pobre, sobrepasada por la situación, no se le ocurre otra cosa que intentar recuperar las heces. Se sube a una silla, mete la cabeza, el cuerpo, estira el brazo y... ¡Socorro!

¡Adiós cita! ¡Hola Bomberos!

Lo dicho, antes de quedar con alguien, pasa por el baño. ¡El de tu casa!

Dicen que a los hombres se les conquista por el estómago y a las mujeres por el oído. No sé si será cierto, pero lo que tengo claro es que para que una cita vaya bien debe haber conexión entre las dos personas y eso pasa por mantener una conversación mínimamente decente. Y por decente me refiero a que los dos puedan hablar de temas en común, de cosas que comparten. Que si es sobre la reproducción de los sapos del Himalaya (ni idea de si hay sapos por ahí, pero es un ejemplo), pues adelante. Eso sí, hay algunos detalles que debes tener en cuenta.

    Nunca hables todo el rato sobre ti, o de lo que te gusta a ti. Interésate por el otro. Vale, puede parecer un consejo básico, pero hay gente a la que se le olvida.
    Prohibido hablar de las/los ex.
  • Hablar de religión y política está prohibidísimo; a no ser que estéis en la misma onda.
  • La comunicación, bidireccional, es importante. De lo contrario, pueden suceder cosas como la que le pasó a este pobre chico.

En una primera cita el decoro es imprescindible. Nada de rascarse lo huevos, eructar, tirarse pedos u olerse los sobacos. Eso ya llegará. Cuando lleveis unos años (a veces meses) de relación. Que no, que no estoy exagerando. Que la peña está muy loca y hacen cosas bastante peores.

Otra cosa súper importante: no olvidarse del nombre de la persona con la que te has citado. Si eres de los/las que se les olvidan las cosas fácilmente, puedes optar por ir a un StarBucks. OMG!

Si la otra persona no es exactamente como te gustaría que fuera, tampoco hace falta que se lo demuestres en el minuto cero. Seguro que tú también tienes bastantes cosas que mejorar. ¡No seas capullo/a!

La sinceridad es algo que se valora positivamente. Aun así, ser demasiado franco, o directo, no siempre es la mejor opción. Hay situaciones que requieren tacto. Las primeras citas son una de ellas.

En mi novela Amigas 4Ever (Locas de Remate) hay un personaje que se comporta exactamente igual que la cita de esta chica; y yo que pensaba que había exagerando al escribir la escena. Vaya tela...

¿Todavía no ha quedado claro qué es importante en una primera cita? Pues terminaré el post con los puntos clave (por orden de importancia según las mujeres). Los que deberías seguir a parte de los citados anteriormente. Siempre y cuando desees una segunda cita.

  1. Ser puntual (96%)
  2. Dedicar algún cumplido sobre el aspecto de tu cita (94%)
  3. Preguntar mucho (79%)
  4. Ayudarla con el abrigo (61%)
  5. Retirarle la silla para que se levante (53%)
  6. Oler bien (50%)

Y añadiré otra.

¡No cagarla! (100%)

  1. Aliento fresco (53%)
  2. Ropa estilosa (17%)
  3. Fragancia sexy (15%)
  4. Buena piel (14%)
  5. Pelo fantástico (10%)

¡Alucinante! Los datos están sacados de una encuesta realizada entre 5000 solteros. Y, sinceramente, no sé si les preguntaron lo que esperaban de una mujer en una primera cita, o si se confundieron y les pasaron la encuesta para saber en qué se fijan los hombres a la hora de comprar un caballo. En fin... Voy a dejarlo aquí.

Deja tus comentarios. ¿Cómo han sido tus citas desastrosas?

Ah, y ni se te ocurra darle a los emoticonos que hay al final de post, o tendrás 100 años de mala suerte. Jo, jo, jo...


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