3 Tendencias paradójicas del comportamiento humano

Las emociones, los sentimientos y la percepción y proyección de nuestro propio ser suelen ser más la guía de nuestros actos y juicios que el razonamiento lógico.

¿Será por eso que cada persona entiende lo que quiere entender, deja de ser al aparentar ser y se desconecta de sí misma al querer formar parte de la red social?
Checa estas tendencias paradójicas, seguramente te has topado con alguna de ellas.

Las palabras son habladas por el oyente.

¿No te ha pasado que te llegas a sentir molesto o frustrado porque por más que te has esforzado en explicar algo a alguien más, termina por no entenderte?
Lo que pasa es que la mayoría asumimos que cuando hemos expresado algo, esto fue perfectamente entendido o proyectado. Creemos que los demás han adivinado nuestros pensamientos y sentimientos y que además lo han comprendido finamente.
Pero la verdad es que todos podemos llegar a tener diferentes definiciones basadas en nuestras experiencias y asociaciones únicas con cada palabra, lo que ocasiona que muchas veces la comunicación se pueda tornar un poco más compleja y relativa.
Por eso se dice que la gente solo entiende lo que quiere entender, uno puede pronunciar las palabras y los demás darán su propia definición de lo que han oído. En otras palabras, cada quien entiende lo que quiere entender.

El querer ser normal es anormal

Para empezar, ¿quién define lo que es normal y lo que no?, en este mundo multi-estándar donde cada quien cree lo que quiere creer.
Y  honestamente la única definición de normalidad que conozco es en estadística, determinada como el área bajo la curva, si, hablo de la dichosa campana de Gauss.
Ahora, si eres de las personas que hacen todo lo posible e imposible para estar dentro del  área bajo la curva, reprimiendo tus manías, pasiones, intereses y sueños, entonces yo diría que si eres anormal . Porque estas reprimiendo lo que eres y aparentando para formar parte de la estadística.
Creo que uno no debe de sacrificar su verdadero yo, por aparentar ser “normal” para ser aceptado en determinada sociedad con la cultura que la caracterice. Y aunque si debemos seguir ciertos estándares para mantener la paz y cordialidad dentro de un grupo, uno simplemente será anormal si decide suprimir su espontaneidad para ser aceptado dentro de su ambiente.
Para mí, lo normal es ser espontaneo, porque cuando eres espontaneo, tu verdadero yo sale a la luz y no reprimes tu verdadera esencia,  además cuando eres espontaneo es cuando eres capaz de darte la oportunidad para hacer crecer tu persona.
Si siempre estas tratando de ser normal, nunca descubrirás lo fantástico que puedes llegar a ser.

Las redes sociales provocan nuestra propia desconexión

Como su nombre lo dice, las redes, son eso, conexiones sociales. Y efectivamente gracias a la tecnología, podemos ahora estar conectados con miles de personas que no necesariamente están cerca de uno.
Pero ¿Cuál es la tendencia? ¿En verdad lo estamos sabiendo manejar? Lo cierto es que más y más personas se están quejando de tener sentimientos de soledad.
Además sabemos más de las personas, ¡pasando menos tiempo con ellas!, pero… ¿realmente sabemos más?, o solo sabemos las apariencias, no la realidad.
Y cuantas personas dejan pasar la oportunidad de crear conexiones reales en una simple reunión por estar viendo que publicó fulanito que se encuentra en Tombuctú o para  publicar lo que esta comiendo en lugar crear comunicación con quien comparte la mesa.
Y lo peor aún, la constante estimulación nos esta desconectado de nosotros mismos, al concentrarnos en lo externo en lugar de animarnos a explorar el interior.
Debemos actuar con mas inteligencia al usar estas herramientas ¿No crees?
Lo cierto es que esta es la paradoja del siglo 21.
Ahora bien, ¿Que hay detrás de estas paradojas? ¿El control de nuestras emociones, pensamientos y sentimientos, pero sobre todo como el autoconocimiento nos dará apertura para poder manejar mejor dichos comportamientos y mejorar la relación y pertenencia  social sin perderse como individuo? Te lo dejo para pensar…
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