Revista Filosofía
3. TODO ES TIEMPO
El tiempo que sincroniza dinámicamente a todo lo existente, como si el tiempo fuese unas matemáticas, es el que hace que la materia se desgaste de manera sincronizada y el que hace que todo nazca también de manera sincronizada, a su tiempo.
Por eso mismo, cada existencia, incluida la vida, nacieron en su tiempo, a su tiempo y como tiempo. Por eso mismo, todo es tiempo, todo es dinamismo. Todo lo existente incluso la vida son tiempos; poseen su propio tiempo y surgieron cuando tenían que surgir, en su tiempo como tiempo.
Todo en la existencia son escalas jerárquicas de tiempo sincronizadas dinámicamente entre sí. Por eso mismo, nuestro planeta se comporta como si estuviese vivo, pues la vida y todo lo material están sincronizados minúsculamente entre sí en secuencias dinámicas de tiempo.
O sea, que todo surgió de la nada a su tiempo y como tiempo o dinamismo. Hasta la vida surgió de la nada como tiempo o dinamismo, cuando le tocaba surgir y en el tiempo que le tocaba surgir.
Al ser la vida tiempo y surgir como tiempo en su tiempo preciso, deja sin posibilidades de que exista el alma. El alma de la vida sería la propia vida, sería el propio tiempo que posibilitaría a la vida como tiempo. Una vida que sincronizada y evolutivamente se ha multiplicado en infinidades de vidas o tiempos, constituyendo así un orden viviente, o llámese orden dinámico del tiempo viviente.
Si todo es tiempo, entonces la materia, la energía, la vida y el universo son tiempos y todo surgió en su tiempo como tiempo; ya que era inevitable que surgiese todo como tiempo en su tiempo.
Entonces, el universo surgió como infinito pequeño tiempo o infinito pequeño dinamismo sincronizado, porque el tiempo es dinamismo. El universo surgió de la nada, cuando le tocaba surgir y donde le tocaba surgir. Entonces, a partir de ahí, todo lo demás surgiría constantemente de la nada de manera sincronizada; todo surgiría como tiempo o llámese dinamismo.
De esa manera, como tiempo o dinamismo, el universo crecería sin fin de manera sincronizada. Gracias a ese sincronismo universal, las estrellas surgirían de la nada a su tiempo, como tiempo y en su tiempo; igualmente como tiempos surgieron los planetas, incluso la vida. Lo mismo que todo lo que se extingue o se muere, perece como tiempo, aunque no se extinga o muera en su tiempo.
Artículo sacado del libro “el tiempo no existe” de Salvador Sánchez Melgar que podrán bajar gratuitamente en el enlace:
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