¿Te has percatado de que las emociones agradables como la alegría, la ilusión o la tranquilidad, duran mucho menos que el enfado, la rabia, o el mal humor?
Por ejemplo:
Vas a recoger a alguien que hace mucho que no ves al aeropuerto y sientes anticipación e ilusión. Luego, cuando le ves, sientes mucha alegría, que dura mientras le abrazas e incluso unos minutos después. Entonces comenzáis a andar, hablar, y la emoción, aunque sigue siendo agradable, baja mucho de intensidad.
Sin embargo, cuando alguien te dice algo que te enfada, o te dan una mala noticia que te revuelve el estomago, puedes llegar a estar enfadado o sintiendo el revuelto en el estomago durante días e incluso semanas.
¿Por qué pasa esto? ¿Por qué duran más las emociones desagradables o que consideramos negativas?
Existen al menos 3 trampas que contribuyen a esto:
TRAMPA Nº1: Lo negativo es más importante.
La tendencia natural es a dar más importancia a lo negativo y nuestra atención tiende a dirigirse hacia lo importante. Y como consecuencia, le dedicamos más tiempo mental, y también verbal, a lo negativo.
Para comprobarlo observa cuánto tiempo pasas pensando en lo bueno que te ha pasado y cuánto en lo malo, y donde está el foco de tus conversaciones o las de las personas con las que hablas.
Aquello que atendemos es lo que crece y se hace más grande… y ¡dura más!
TRAMPA No2: Querer deshacerse de lo negativo
Cuando sentimos una emoción desagradable, que consideramos negativa, la primera reacción es deshacernos de ella.
Ahora bien, al intentar deshacernos de ella lo que creamos es una lucha interna con nosotros mismos: la emoción por una parte queriendo salir y nosotros por la otra queriendo reprimirla para no sentirla. Esta lucha interna tiende a perpetuar o incluso empeorar la emoción de la que nos queríamos deshacer, ya que nos puede llevar a caer en la trampa no3.
TRAMPA No3: Utilizar la culpa o la crítica
Bien hacia uno mismo, por ejemplo, por haber gritado o reaccionado mal, o hacia la otra persona, por ejemplo, porque creo que es un desconsiderado o porque su reacción simplemente no me ha gustado o la considero inadecuada.
En ambos casos la culpa nos lleva a un lugar donde me siento todavía peor, despertando el mal estar conmigo misma, impotencia o incluso rabia.
Entro entonces en un círculo vicioso que alimenta las emociones desagradables y hacen que duren mucho más.
5 formas de evitar estas trampas:
1) Poner un poco de distancia o perspectiva y preguntarse:
“¿Realmente, es tan importante esto que ha pasado? ¿Qué importancia le quiero dar?”
Recuerda que las cosas sólo tienen la importancia que ¡tú les das!
2) Pasar más tiempo en lo que consideramos “bueno”
por ejemplo: apreciando lo que sí ha ido bien en el día y compartiéndolo en conversaciones con otras personas.
3) Aceptar cualquier emoción, y permitirse sentirla, tanto si es agradable o desagradable.
La emoción es como una ola de mar que si la dejas llegar a la orilla va a disipar su energía y retroceder. Si la paras antes de que llegue, toda la energía se quedará acumulada en tu interior y ¡necesitarás fuerza para retenerla!
No tengas miedo de tus emociones, ¡ni las juzgues! ¡Si las aceptas, según vienen se irán!
4) Ante un error, o lo que tu crees que es un error, practicar la benevolencia y si hace falta el perdón.
Tanto si el “error” lo has cometido tú como si lo ha cometido la otra persona.
El perdón, si es verdadero, te lleva a una emoción de bondad, de amor. Emociones mucho más agradables que te ayudaran a transformar el malestar.
5) Observa si has entrado en la culpa o la crítica:
“ya te vale”, “tenías que haberlo hecho mejor”, “a quien se le ocurre”, “eres súper borde”, y si es así:
¡PARA! Y pasa a responsabilizarte y aprender de la emoción preguntando:
¿puedo hacer algo para arreglarlo? Si es que sí, ¡hazlo!. Si es que no, ¿qué puedo aprender para el futuro?, ¿puedo hacer algo distinto?
Si culpo a otra persona, partiendo de que no le puedes cambiar, pregúntate: la próxima vez que ocurra esto, ¿cómo quiero actuar? ¿Qué quiero hacer?
Cuanto más pongas en práctica estas formas de gestionar los estados emocionales “negativos” más agilidad tendrás para salir de las trampas y para no caer en ellas.
Hasta la próxima vez, recuerda que eres luz, así que sal ahí fuera y BRILLA!!
Y ya sabes, ¡¡déjanos tus comentarios!!
Un abrazo,
Mónica
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