Hoy me toca dar caña, no lo puedo remediar porque me come la indignación.
Por si no os estais al tanto, esta semana hemos sabido que la Junta de Andalucía ofrece descuentos para abortar presentando el carnet joven. Tal cual. Si tienes carnet joven, te hacen un 20% de descuento en una clínica de Sevilla y otra de Almería.
- "Hola, buenas, venía a abortar, que me han dicho que aquí hay descuento con el carnet joven".
- "Sí, pasa pasa, que además estás de suerte, tenemos una oferta especial: aumento de tetas con un 20% de descuento, si traes a otra amiga aquí a abortar os hacemos un 25% a las dos".
- "Ah, oye, qué buena oferta, espérate que llamo a mis amigas, ¡jo, cómo mola esta clínica!".
¿Nos hemos vuelto locos?. ¿A esto se ha reducido el valor de la vida humana?. ¿Es lo mismo la vida de un ser humano que un cambio de neumáticos, unos comics, una pizza o las ingles brasileñas?.
Estoy absolutamente asqueada. Horrorizada. Y profundamente apenada.
Aquí no se invierte en educación sexual, no se invierte en ayudas a las familias ni en que existan verdades opciones para las mujeres. No, es mejor optar por la vida rápida: eliminamos al problema. Y para que no existan problemas de conciencia, engañamos a la gente, les contamos que es más fácil y rápido que quitarse una verruga (total, un grupito de células que no quieres para nada, ¿no?), que no es un ser humano (quizá sea un ser extraterrestre o un lagarto, no lo sé...), que no tiene efectos secundarios...
¿Y esta gente puede dormir por las noches?.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 15 abril a las 19:05
Madre mía. Había leído este post y estaba simplemente de acuerdo. No pensaba comentar nada más allá, pero al leer el comentario de "Derpolingano" me he quedado de una pieza. En primer lugar me llama la atención el airado tono de ofensa cercana al odio que destila. De entrada, respeto y tolerancia, si es que intenta representar eso, no despierta demasiado (supongo que se justificará con aquello de "sólo soy intolerante con el intolerante" y demás...muy visto y que vale para todo porque no vale para nada). En segundo lugar habla de "utilización dogmática de asuntos serios" añadiendo un despectivo "Sra. Contracorriente!". Aquí conviene precisar que, lamentablemente, el relativismo no es el santo grial de la tolerancia sino, en muchos casos perfectamente identificables por alguien lúcido y normal, la muerte de los valores más elementales. El aborto será la muerte provocada de una vida, y por tanto su asesinato, por definición enciclopédica (ya que "interrupción" es un eufemismo cuando no es algo que tenga posibilidad de ser continuado, sino que ha sido "finalizado" definitivamente), o no. Pero no cabe mucha opinión intermedia a este respecto. Como esto tantas cosas en esta vida sobre las que conviene posicionarse claramente, por incómodo que resulte. Y bueno, pfff, lo de intentar ofender con "sra. contracorriente"... eso sí que apesta a "dogma" y a pensamiento único. Dogmatismo que, por si quedaba duda, queda reiterado con ese plural repetido tan descriptivo de quien lo emplea de "vosotros no aceptáis".."lleváis haciendo toda la vida"... tan penosamente habitual en quien encuentra mucho menos exigente intelectualmente etiquetar al que tiene enfrente dentro un grupo cerrado y concreto (por lo general malo malísimo: los católicos, los rojos, los negros, los ateos...) en vez pasar por la incomodidad de dirigirse individualmente, como debería ser, a la persona que expresa dicha opinión. Y digo yo, ¿pero qué narices sabrá Derpolingano lo que el autor de este escrito "lleva haciendo toda la vida"?. En fin... Y termino, sorprendido porque alguien, a estas alturas de la vida, todavía emplee un argumento-trampa tan burdo del estilo de "como no luchas contra esto que yo te digo, no puedes luchar contra aquello otro ni, de paso, contra nada". Pretender que una persona que critica el aborto es a su vez criticable no por su opinión, sino porque no destina las mismas o más fuerzas a luchar contra otro mal es, sencillamente, tan pueril como criticar a alguien por ir a misa pero no pasar luego todas sus vacaciones fabricando pozos en El Congo. O ayudar a ancianos en centros llevados por monjitas y abrir hospitales en el Tercer Mundo, pero luego no vender el Vaticano. No me arriesgo al opinar que seguramente al que defienda el aborto no le exigirá que haya pasado antes un año conociendo de cerca el tema en una clínica o una asociación de ayuda psicológica post-parto para respetar su opinión. Ni él se exigirá ser un científico consumando para ir afirmando que los niños "sí que son seres humanos", dando a entender una extraña opinión sobre la categoría humana del feto. Pero claro, una opinión merece respeto tanto en cuanto se asemeja a la suya. Es, sin lugar a dudas, muchísimo más fácil que te parezca bien que todo el mundo haga lo que le dé la gana. No te obliga, bajo esa mira estrecha, a hacer nada por los demás. Pero no nos engañemos. Eso no es auténtico respeto propio de una moral superior, panacea de la Humanidad fraterna. Tan sólo una evidente muestra de vagancia y debilidad intelectual.