30 años sin grace kelly

Gracia de Mónaco o cómo todo el mundo le conoce Grace Kelly, actriz fetiche de Alfred Hitchcock desde 1950. Su carrera cinematográfica fue un cuento de hadas. Nació en el seno de una familia acomodada de Pennsylvania. Su padre había sido campeón olímpico de remo y era un hombre de negocios. No faltaba el dinero en la casa de los Kelly, pero la pequeña Grace quería hacer algo más arriesgado: soñaba con ser actriz y tuvo que imponerse a los contrarios deseos de su madre para lograrlo. En 1949, Grace Kelly consiguió su primer papel en Broadway e hizo breves apariciones en televisión. Pero ella quería llegar a lo más alto, al cine, al glamour de Hollywood. Por eso se trasladó a Los Ángeles. Allí llamó la atención de los productores por su delicada elegancia y su extraordinaria belleza. No era la típica rubia tonta que tanto se estilaba por aquel entonces; tenía unas facultades tremendas para la interpretación, como demostró en su primer largometraje, Solo ante el peligro, donde fue la valiente esposa de Gary Cooper. La historia de Grace Kelly en Hollywood fue breve pero intensa. Rodó con los mejores directores (John Ford, Alfred Hitchock) y actuó junto a estrellas inmortales como Ava Gardner, Cary Grant, Clark Gable o James Stewart. Y la Academia le premió con un Oscar en 1954 por su dramática interpretación en La angustia de vivir. Fue entonces cuando apareció en escena el caballero del cuento: el príncipe Rainiero de Mónaco quedó prendado de la actriz y vio en ella un magnífico reclamo turístico para su pequeño estado. Así que le propuso matrimonio. Kelly había tenido relaciones esporádicas con Cary Grant, William Holden o Bing Crosby, entre otros; ahora se le presentaba la oportunidad de casarse y vivir sin trabajar el resto de sus días, porque estaba obligada a dejar el cine.
La llegada de Kelly a Mónaco dinamizó el turismo de la zona y alimentó las páginas de la prensa rosa. Tuvo tres hijos con Rainiero: Alberto, Carolina y Estefanía. La mañana del 14 de septiembre de 1982 salió a dar una vuelta en coche con Estefanía. El vehículo circulaba por las mismas carreteras en las que Kelly había rodado Atrapa a un ladrón en 1955. No se sabe muy bien qué ocurrió: sólo que la princesa perdió el control y tuvo un accidente del que su hija salió ilesa. Kelly murió en el hospital horas más tarde. Grace Kelly en la actualidad, continúa siendo un modelo de cómo debe ser una dama, y dentro de 25 años más seguirá siendo el icono innato de la moda como la conocemos hoy en día: la sofisticación personalizada o, simplemente, la perfecta princesa norteamericana. La elegancia hizo influenciar a numerosos países europeos representando así un icono esencial de la moda de la época y muchas veces representada por su selección de creaciones de Yves Saint Laurent.