Febrero de 1974 fue un mes determinante en la vida de Philip K. Dick. El escritor se recuperaba en su casa de la extracción de una muela del juicio -cuán significativos e irónicos son los hechos a veces- y al abrir la puerta para recoger un envío de analgésicos identificó un símbolo místico conocido como vesica Piscis en el colgante de la repartidora. Ese instante cambió su vida. Dick experimentó una anamnesis instantánea que le despertó a una realidad paralela, un mundo aún en poder del imperio romano, y le puso en contacto con una entidad divina a la que definió como VALIS (Sistema de Vasta Inteligencia Viva).
A partir del mes siguiente, la mente de Dick se sumió completamente en la nueva realidad, gracias en parte a la información proporcionada por un haz de luz rosa. Para dar cuenta de las visiones alucinatorias y los complejos procesos mentales a los que se veía abocado, Dick comenzó a escribir acerca de lo que denominó suceso 2-3-74. Durante los ocho años posteriores (el escritor murió precisamente en 1982) compaginó su creación novelística, de ahí en adelante impregnada de un tinte metafísico y religioso (la denominada Trilogía VALIS), con la transcripción de sus reflexiones a un extraño diario titulado Exégesis. La Exégesis, una suerte de grimorio mental, acabó teniendo una extensión de más de 8000 páginas entre textos mecanografiados, notas escritas a mano, cartas y todo tipo de apuntes.
En 1991 se publicó In the Pursuit of VALIS: Selections from the Exegesis, libro de 278 páginas en el que aparecían algunos de los textos incluidos en el monumental diario, pero el resto permaneció inédito, perdido en el limbo. Dada la popularidad alcanzada por Dick en las últimas décadas, la publicación íntegra de la Exégesis era sólo una cuestión de tiempo. Han pasado casi tres décadas después de su muerte y, por fin, aquí la tenemos. Puesta al día y prologada por Jonathan Lethem y Pamela Jackson, el próximo martes día 8 de noviembre sale finalmente a la venta (en inglés) la Exégesis de Philip K. Dick. O al menos el primer volumen, que cuenta con casi mil páginas.
Es hora ya de hacer justicia a Philip Kindred Dick, en mi opinión el autor más influyente de los últimos 20 años. Potenciado por el cine, su mensaje ha calado hondo, no sólo en el hacer creativo de la inmensa mayoría de escritores de nuestra época (de Roberto Bolaño a Greg Egan, de Jorge Carrión a Philip Roth), sino en la mismísima percepción ontológica del individuo del s.XXI, mostrándose determinante en la construcción del actual zeitgeist posmoderno.
Con la idea de rendirle homenaje, y aunque Dick ya ha tenido antes representación en este blog (La invasión divina, Cantos de sirena), quiero celebrar la aparición de su obra más inclasificable dedicándole un mes a la memoria de algunas de sus novelas. A lo largo de noviembre iré rescatando las reseñas que escribí sobre ellas en el pasado, e incorporaré algún texto más de reciente cuño, no publicado previamente. Así, la espera se nos hará también más corta.
Según asegura Lethem, "Exégesis es una obra absolutamente impactante, brillante, repetitiva y contradictoria. Puede que contenga el secreto del universo". Lo cual, a pesar de mi alegría por la publicación, me lleva a preguntarme: ¿No será una insensatez introducirnos en la cabeza de Philip K. Dick? Acceder a la mente de ese hombre bien podría significar nuestro fin. Quizá estemos abriendo una puerta que no deberíamos cruzar. A fin de cuentas, los agoreros del 2012 bien pudieran estar refiriéndose a esto cuando hablaban del advenimiento del fin del mundo.