30 Monedas; desmedida eucaristía

Por Victor Fernández.

Como ya hiciera en su mejor obra hasta la fecha, El día de la bestia (1995), Álex de la Iglesia vuelve a sumergirse en los recónditos y oscuros pasadizos de la religión desde su particular visión fantástica y exagerada, donde la acción, el terror y la comedia conviven de manera personal en un universo que desde sus primeros compases ya es marcadamente reconocido. 30 Monedas; desmedida eucaristía 30 monedas (2020-), primera ficción televisiva que el director vasco lleva a cabo desde su fallida Plutón BRB Nero (2008-2009), es la apuesta grande de HBO por la creación de género dentro de nuestras fronteras. Viniendo de una plataforma que ha contado con numerosos y reconocidos cineastas de todo el mundo, no es de extrañar que Álex de la Iglesia haya sido el elegido para dar forma a una de las primeras series nacionales con grandes perspectivas de cara al mercado internacional dentro de su plataforma. De este modo, los 8 episodios de esta primera temporada se ven cubiertos por una decente producción que permite al cineasta enseñar todo su universo sin límites. 30 Monedas; desmedida eucaristía
Como muestra la intro de la serie, Judas traicionó a Jesucristo por 30 monedas de plata. Por ello, 2000 años más tarde, cuando una de ellas aparece en un pueblo remoto de España, una serie de fuerzas sobrenaturales amenazan a sus habitantes y Vergara, el nuevo cura, comienza a destapar, junto a Elena, la veterinaria, y Paco, el alcalde, los secretos más oscuros del Vaticano y como una serie de altos mandos quieren conseguir todas las monedas para apoderarse de la mayor de las fuerzas, capaz de aniquilar a la raza humana.Desde el capítulo piloto, con un arranque misterioso donde De la Iglesia deja patente su sello a medio camino entre el humor costumbrista y el ideario terrorífico, 30 monedas se siente como una reunión de todas sus filias (curas, demonios, brujas, paletos, cotillas, locos, monstruos...). Los amantes de su filmografía tendrán aquí un recital con el que complacerse con cada episodio, mientras sus detractores también tendrán todo el arsenal necesario para odiarla. Si Álex de la Iglesia tiene un problema es que su gran imaginario choca de lleno con una ejecución últimamente lejos de lo brillante. 30 Monedas; desmedida eucaristía
Aunque en ocasiones el territorio fantástico lo pise con gracia y estilo, sus tan queridas exageraciones no son llevadas a pantalla con virtuosismo. La cámara se siente plana en las conversaciones, la acción se rueda con desacompasado ritmo y, hablando de una serie tan ambiciosa, ni la fotografía ni los efectos especiales llegan a cumplir. Esto se siente, especialmente, en el último episodio, donde una introducción de lucha casi bélica contra un gigante monstruo es efectuada con nulo entendimiento: por mucho que la cámara se mueva y se le añada más movimiento y ruido en montaje, eso no la hace más frenética.Del mismo modo, los actores luchan contra un guion con demasiadas lagunas, donde las elipsis entre episodios despistan demasiado. Los saltos en el tiempo no se desarrollan con coherencia interna y los personajes no parecen cambiar a pesar de que entre capítulo y capítulo pasen meses. De todos modos, ciertos actores dejan muestra de su gran talento, como es el caso de Eduard Fernández, en el papel de Padre Vergara, y las participaciones más breves de Carmen Machi o Manolo Solo. 30 Monedas; desmedida eucaristía Así, con esta acumulación de defectos, la serie de Alex de la Iglesia, como también es habitual en su cine, se siente a medio hacer y no llega a compensar del todo aquellas virtudes que como autor claramente tiene. Como siempre, sus arranques están muy por encima de lo que acaba desarrollando. Su imaginario, entretenidísimo, así como su apuesta por lo lúdico y el amor por el cine de terror y fantástico, siempre ofrecen ideas interesantes y obras de fácil visionado con las que disfrutar junto a un cubo de palomitas.Pero finalmente, el desvarío con el que llega al clímax no se siente lo suficientemente trabajado como para sentir que la exageración es parte de un todo. 30 monedas es una serie que disfrutarán mucho los amantes de Álex de la Iglesia, pero en la que se echa de menos a aquel cineasta de hace unas décadas cuyo universo pasaba por el ojo de un objetivo menos artificial y mecánico. Aquel que dio obras tan interesantes como la citada El día de la bestia o La comunidad (2000).

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##check## Lo bueno

Que reúne todo su imaginario, proponiendo una fiesta para aquellos que sean fan acérrimos del cineasta.
Es entretenida, a pesar de sus muchas lagunas.

##times## Lo malo

Que Álex de la Iglesia parece acomodado en una dirección algo perezosa, donde las conversaciones son rodadas sin gracia y la acción desmedida apenas se entiende.

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Ambientación 6.5

Buena ambientación. Es incluso mejor cuando sale del pueblo y se acerca a lugares como Italia. Se nota detrás de ella un trabajo medido y con gran producción.

Desarrollo de Personajes 5.0

Exceptuando el interesante Padre Vergara, la mayoría de personajes tienen un desarrollo absolutamente arbitrario e incoherente. No te los crees.

Argumento / Guion 5.5

El punto de partida es buenísimo. El arranque tiene fuerza. Sin embargo, según avanzan los capítulos todo se vuelve más ridículo y sobre todo tiene un concepto del tiempo demasiado descompensado y errático.

Banda Sonora 6.5

Buena, siempre muy acorde a la serie. Ayuda a meterte en su particular universo.

Entretenimiento 6.5

A pesar de los múltiples fallos que se le pueden sacar a la serie, no se le puede negar cierta diversión. Quizá no en todos los capítulos, pero tiene en general un ritmo divertido.

Montaje / Innovación técnica 5.5

No hay mucho que decir. El montaje es bastante errático, cumpliendo un patrón muy mecánico y televisivo, mientras la innovación técnica se siente algo anticuada. Sin embargo tiene momentos que dentro del fantástico nacional pueden sorprender.