Revista Cine

300: Rise of an Empire (300: El Origen de un Imperio)

Publicado el 17 marzo 2014 por Lucasliz @CDI_LucasLiz
300: Rise of an Empire (300: El Origen de un Imperio)Año: 2014.
Dirección: Noam Murro.
Intérpretes: Sullivan Stapleton, Eva Green, Lena Headey.
SinopsisSpin-off de su predecesora en el tiempo, 300, basada en la novela gráfica de Frank Miller.
500 años antes de Cristo, el imperio persa trata de invadir Grecia. Temistocles (personaje interpretado por Sullivan Stapleton) es un general ateniense que trata de unir a las polis griegas en su lucha contra el ejército invasor, liderado por Xerxes y Artemisia (personaje interpretado por Eva Green).
Mientras el rey espartano Leónidas y su guardia personal trata de contener a las tropas de Xerxes en la batalla de Las Termópilas (historia narrada en la película 300), Temistocles se enfrenta a la gran armada persa liderada por Artemisia, con apenas unos cuantos navíos, a la espera de poder aunar a todas las ciudades-estado griegas y encarar la batalla final en las aguas del golfo presidido por la isla de Salamina.
CríticaDesde CDI nos hemos querido acercar a esta segunda entrega (estrictamente se la puede considerar un "spin-off", más que una secuela o precuela) dado que en su día su antecesora nos produjo muy buenas sensaciones y nos fue una grata sorpresa en cuanto a formato audiovisual y concepto de adaptación de un cómic o novela gráfica a la gran pantalla. En ella se notaba la estrecha colaboración entre Zach Snyder y Frank Miller, la cual desembocó en un notable ejercicio de entretenimiento cinematográfico, que al fin y al cabo es de lo que se trata. En esta ocasión se sigue en la misma senda, si bien Zach Snyder deja en Noam Murro la dirección, y él se encarga de la producción.
300: Rise of an Empire (300: El Origen de un Imperio)Este 300 Rise of an Empire  se verá lastrado por las inevitables comparaciones con la anterior entrega, obviamente, pero más allá de este hecho, la película ofrece los suficientes elementos como para que merezca la pena acercarse al cine y disfrutar de este derroche de efectos visuales, mucho más apreciables en la gran pantalla que en la "cajita tonta" ubicada en nuestro mueble del salón.
Frente a su predecesora pierde y/o gana, dependiendo de en qué nos fijemos. En primer lugar y debido al anterior éxito de 300 (el cual desde el punto de vista del negocio cinematográfico ya está justificando el prolongar la saga, en busca de dar al público más de lo que ya ha gustado, recaudando así un buen puñado de billetes), se aprecia un mayor derroche de medios, lo que ha permitido profundizar aún más en esa peculiar puesta en escena y forma en la que se adaptó el cómic de Miller, ajustándola a su estética y atmósfera. Suponemos que esa mezcla de experiencia y presupuesto ha permitido una mayor cantidad de efectos audiovisuales y simulaciones digitales, llevándolo en ocasiones hasta lo exagerado, como son esos minutos de metraje en los que hay más "salpicones de sangre" que en los sueños de Tarantino durante la concepción de sus entregas de Kill Bill. Ahí, en esos fotogramas, nos parece que peca de excesiva y a nuestro juicio no era necesario castigar al espectador con tanto ketchup, tiñendo así la pantalla ese "desagradable" pardo rojo.
300: Rise of an Empire (300: El Origen de un Imperio)En este balance, la cinta pierde en lo referente al héroe y gana en cuanto al villano. En el primer caso, y siempre desde nuestro ignorante y sin criterio punto de vista, aquel majestuoso Gerard Butler metido en la piel de Leónidas era mucho más impresionante que este Sullivan Stapleton enfundado en la capa de Temistocles. No es que Sullivan no esté a la altura exigida por la película o que no esté creíble, es que simplemente aquel Leónidas se comía la pantalla en cuanto a físico, presencia, potencia, virilidad, fuerza e incluso atractivo. Simplemente Gerard Butler impresionó (si bien es verdad que después, ningún film que haya hecho con posterioridad, nos ha permitido verle igual). Por contra, en esta ocasión se nos brinda un villano al que odiar, aunque parece casi imposible que podamos sentir tal sentimiento por esa diosa llamada Eva Green; la hermosa, sensual y atractiva Eva Green, por la que muchos de nosotros profesamos una cuasi-devoción, más allá de su talento interpretativo, el cual en estos momentos no estábamos valorando. Su selección como villano al que nuestro héroe ha de enfrentarse, sintiendo mutuo respeto y admiración, es todo un acierto y permite disfrutar de esta actriz, que le proporciona al papel esa mezcla de belleza y firmeza que la convierte en una fiera admirable a la que a la vez que temes, deseas.
300: Rise of an Empire (300: El Origen de un Imperio)Si tratamos de aislarnos de las simulaciones digitales y de los magníficos efectos especiales que le brindan la estética apropiada y que la novela gráfica merecía, y nos quitamos la venda que la labor de post-producción nos ha querido imponer, reflexionando así mínimamente sobre lo que acabas de visionar, llegaremos a la conclusión de que estamos ante una ejercicio de exaltación y cuasi-doping que nubla una más que evidente falta de contenido. Si le unimos que el ritmo es un tanto plomizo en el tramo medio y que su excesiva aceleración en el desenlace nos hace desembocar en los títulos de crédito finales de forma súbita, tiendes a pensar que no es más que la prolongación de un producto previamente exitoso, cuyo fin es dar más de lo mismo a sus fieles, recaudando con ello gran cantidad de dinero. No obstante, hay que decirlo también de una forma clara; es un digno producto de entretenimiento, notable en su género y para quien le guste. En ese sentido no defraudará, en absoluto, y será apetitosa carne para cualquier carnívoro hambriento. Sabiendo a lo que se va y "en su mundo", gustará. Por lo menos esa es nuestra idea.
Nota general: 5,0 sobre 10.
Tráiler

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